miércoles, 30 de marzo de 2016

Juanito Recuenco Morales

Hoy vamos a recordar con una pequeña biografía de José Vicente Ávila "Chicuelito" a un gran novillero conquense fallecido el 6 de mayo de 2014  y con raíces maternas en Torrejoncillo del Rey. 


Juanito Recuenco Morales marcó una época en la historia taurina de Cuenca. Una corta historia de apenas tres temporadas y media, pero que fueron muy intensas por la personalidad de un novillero, apoderado nada menos que por Nicanor Villalta, que renunció en diversas ocasiones a tomar la alternativa, sobre todo en Cuenca, donde se la ofrecieron varias veces, e incluso a torear en Madrid, en Vista Alegre, donde se negó a ir pagando. Fue el novillero que más tardes actuó en la plaza de Cuenca, en tres temporadas, alternando con sus rivales, los hermanos Tomás y Jesús Sánchez Jiménez. Juanito Recuenco, junto a su hermano Virgilio, que fue un gran banderillero, dividió a la afición taurina de Cuenca y tuvo su propia Peña. Se retiró por falta de ilusión y porque no quería que le manejasen, aunque fue capaz de comprar una finca en Extremadura y un kiosco en Madrid que le reportó muchos beneficios según él mismo nos comentaba. Juan Recuenco Morales, nacido en Cuenca el 24 de julio de 1933, hermano de Virgilio y de Álvaro “el herrero del puente de la Trinidad” falleció el 6 de mayo de 2014. La afición conquense le recordó y le despidió en el funeral que tuvo lugar en la parroquia de la Virgen de la Luz de Cuenca.
Juanito Recuenco se vistió de luces por vez primera en la plaza de toros de Cuenca el 8 de septiembre de 1953, en la Novillada de la Prensa, en un mano a mano con el parrillano Ángel Tomillo, con la plaza llena. Aunque no cortó orejas el público salió contento con su actuación y el 4 de octubre se celebró otra novillada sin picadores en la que alternaron los hermanos Tomás y Jesús Sánchez Jiménez y Juanito Recuenco, que llevaba como banderillero a su hermano Virgilio. Había nacido la rivalidad taurina en Cuenca.

                                 Jesús Sánchez Jiménez, Juanito Recuenco Morales y Tomás
                                                      Sánchez Jiménez

El 12 de octubre repiten en Cuenca los hermanos Sánchez Jiménez, y Juanito Recuenco torea ese mismo día en San Lorenzo de la Parrilla. El 1 de noviembre se forma la Peña Taurina Juanito Recuenco.
El año 1954 se vive una temporada de efervescencia taurina, con la rivalidad de las dos familias: los Sánchez Jiménez y los Recuenco Morales. Dos peñas, dos aficiones, y en medio, Chicuelo II, que se presenta en la feria y el parrillano Tomillo que busca un hueco entre los hermanos. El 18 de abril, Domingo de Resurrección, Juanito Recuenco torea mano a mano con Antonio Vera.
El 9 de mayo quien actúa en Cuenca es Tomillo y el 1 de junio, fiesta de la Virgen de la Luz, alternan Tomás y Jesús Sánchez Jiménez con Paco Rodrigo. Los seguidores de Recuenco no estaban conformes con que no se incluyera a Juanito en los carteles, por discrepancia de su apoderado con la empresa. El 13 de junio alternaron Juanito Recuenco y Juan Espejo.
El éxito más grande como novillero sin caballos le llegó a Juanito Recuenco en la plaza de “su Cuenca” el 4 de julio, alternando con Antonio de la Casa “Morenito de Talavera” y el soriano Carmelo Losada. Juanito Recuenco cortó cuatro orejas y rabo, y obtuvo la Oreja de Plata. Le llevaron a hombros desde la plaza de toros hasta la herrería del Puente de la Trinidad. Su madre invitó a los aficionados con una olla de judías y después dijo con no poco orgullo mirando al Puente de San Antón: “Y ahora que me traigan el Júcar y os hago una zurra”.
Fue tal el éxito que el día 25 de julio, fiesta de Santiago Apóstol, se anuncia una novillada picada con el debut de Juanito Recuenco con caballos. La novillada es a beneficio del Montepío de la Policía y con la plaza casi llena alternan Jaime Llorens, Pepe Carbonell y Juanito Recuenco, con novillos del marqués de la Rivera, que dieron un pobre juego. Juanito estuvo valiente y torero, pero falló con los aceros.

En la feria de San Julián, con la presentación de Chicuelo II en la corrida, Juanito Recuenco hizo el paseíllo el día anterior en una novillada netamente conquense, compartiendo cartel con los hermanos Tomás y Jesús Sánchez Jiménez. Por fin otra vez juntos. Jesús y Juan abrieron la puerta grande entre los aficionados juntos, pero no revueltos. Cada grupo con su torero.
Juanito Recuenco actuaría también en Motilla del Palancar (donde por cierto su hermano Virgilio  banderilleó de paisano), Utiel, Priego y en Belmonte, el 2 de octubre de 1954, haciendo el paseíllo junto al rejoneador Ángel Peralta y los novilleros Carlos Zúñiga y Carlos Vidal. Recuenco cortó cuatro orejas. En Cuenca, en 1954 se habían celebrado nada menos que ocho novilladas.
 En 1955 Juanito se marcha al Servicio Militar, pero aún torea en Cuenca el Domingo de Resurrección con El Turia y Ángel Jiménez “Chicuelo III”, hermano de Chicuelo II, y en la novillada de la feria de San Julián, el 5 de septiembre, alternando con Paco Corpas, que fue cogido, y Jesús Sánchez Jiménez. El 9 de octubre participó en un partido de fútbol en La Fuensanta, entre las Viejas Glorias y los Toreros Conquenses, a beneficio del Asilo de Ancianos.

En 1956 Juanito actuó de nuevo en Cuenca, el 8 de abril, junto a Tomás Sánchez Jiménez y Tomillo, que sustituía a José Gómez Cabañero, y con ello debutaba con picadores. Recuenco, que seguía en la “mili”, no estuvo afortunado y rechazó torear otros festejos que le propusieron.
En agosto resultó cogido en Teruel, y de nuevo en Cuenca, en la feria de San Julián, fue anunciado. Se presentó en la plaza con el pelo rapado, haciendo el paseíllo junto a Chicuelo III y Curro Girón. Los dos cortaron orejas y Juanito dio la vuelta al ruedo.
La relación de Juan con su apoderado Villalta, que firmaba cosas sin que el conquense las supiera, le llevó a no cumplir algunos contratos, como los de no actuar en Vista Alegre o Málaga, o que los Dominguines le quitasen de una novillada en Toledo por no ir a Vista Alegre. Pasados muchos años, Juanito Recuenco declaró que en algunas decisiones se había equivocado.

 En la primavera de 1957 envió una carta al periódico “Ofensiva” en la que comunicaba su decisión de abandonar los ruedos, lo que produjo no poca consternación en el mundillo taurino conquense. Aun así, pasados tantos años, el nombre de Juanito Recuenco, a quien el poeta Rafael Duyos le dedicó unos versos, (“Los toros ya no son toros / de un cántaro de verbena, / los toros son de verdad / porque hay un torero en Cuenca”.

Durante muchos años Juan Recuenco Morales residió entre Madrid y Extremadura, y en los últimos años participó en una de las Semanas de la Peña Taurina Conquense, siendo reconocida su biografía torera en la que la plaza de  Cuenca se lleva la palma de sus triunfos.

Fuente: www.elblogdecuencavila.com

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