Los huevos de Pascua son una vieja tradición en muchos países del mundo, aquí no están muy vistos y el juego les resultó muy novedoso y entretenido. La costumbre de esconder huevos pintados
en el campo y en los jardines de las casas para hacer las delicias de
los niños que los encuentran, es una vieja costumbre que se inició en el
norte de Europa y que se ha exportado a muchos países. Simboliza la
persecución de Jesús por parte de Herodes y los engaños puestos por Dios
para evitar ser encontrados. En la actualidad, la tradición continúa
con algunas variaciones.
En el viejo continente, se mantiene la costumbre medieval de adornar los huevos con colores y, por este motivo, se tiñen y se pintan. Al otro del Atlántico, en Argentina, en Brasil y en Uruguay, se conserva la tradición de regalar huevos de Pascua,
decorados artesanalmente con glasé multicolor o bien con chocolate. En
cuanto a la decoración, los huevos de Pascua siempre han representado un
desafío para los reposteros. Los colores estridentes, que representaban
la luz del sol y que se pintaban a mano, fueron dando paso a los
envoltorios de las grandes producciones de huevos durante las décadas de
los años 20 y 30 del siglo pasado.
Décadas más tarde, apareció la moda de rellenarlos con confites y juguetes sorpresa
para la satisfacción de los niños. Sea como fuere, las tradiciones de
Semana Santa han ido variando con el correr de los siglos hasta llegar a
convertirse, para la gran mayoría de la gente, en una semana donde no
se trabaja y se comen los famosos huevos de Pascua junto con las tradicionales torrijas.
De hecho, el Domingo Santo es uno de los dos días del año, junto con el
día de Navidad, en el que se consume más cantidad de chocolate.
Fuente: http://www.guiainfantil.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario