viernes, 31 de octubre de 2025

La sequía pone en jaque la producción de aceituna de este año

El sector olivarero mira al cielo más que nunca y apunta a una campaña un 25% inferior a la media histórica, aunque superior a la temporada anterior, si bien todo cambiaría si las precipitaciones llegaran en estos días

   Imagen de archivo de un olivarero en plena recolección de la aceituna en la Alcarria conquense. - Foto:       Reyes Martínez

Las previsiones de los olivicultores conquenses no son nada halagüeñas para esta campaña, a tenor de la ausencia de lluvias y el intenso calor, que han venido marcando el verano.

La incertidumbre reina entre los productores que ven cómo sus olivares empeoran día a día, sin que puedan hacer nada para evitarlo, tan solo mirar al cielo. 

No en vano, tanto el responsable del Sector del Olivar de Asaja Cuenca, Gerardo González, como el secretario general de UPA Cuenca, Salvador San Andrés, coinciden en hablar de que «la campaña de la aceituna en la provincia no va a ser, en principio, buena». 

De hecho, González precisa que «la campaña no venía mal, pero, ahora mismo, tras las altas temperaturas de agosto y la ausencia de lluvias en septiembre y octubre, cada día que pasa va a peor».

Y San Andrés, en esta misma línea, no duda en asegurar que «el olivar está condicionado por la sequía, el cambio climático y los vaivenes de precios en una campaña que se espera corta».

Con estos factores, las previsiones iniciales de los olivareros apuntan a que, si no cambia nada la actual situación, se reduzca en torno a un 25% con respecto a una campaña normal en la provincia.

Aunque, eso sí, tal y como recalca el responsable del Olivar de Asaja, «podría ser un 20% superior a la campaña anterior, ya que fue bastante mala y se situó entre un 30 y un 40% por debajo de la media histórica». «Eso sí —aclara— si no llueve todo se puede ir al garete».

Desde UPA Cuenca, se va incluso más allá y pronostican para la provincia una producción estimada de unas 6.000 toneladas de aceite, mientras que a nivel regional hablan de unas 121.500 t.

Pese a la sequía reinante, la calidad de la aceituna, sin embargo, no se ha visto mermada hasta ahora, más allá de que «al no llover se esté arrugando en aquellos olivares con una tierra fuerte», explica González, al tiempo que matiza, en este sentido, que «apenas hay presencia de la mosca en el cultivo».

La producción, sin embargo, no se prevé homogénea y todo apunta que sea mejor en la Mancha y la Manchuela, aunque en zonas de la Alcarria no vaya a estar nada mal, con respecto a la campaña anterior.


A la espera de lluvia. Pero, de todos modos, los olivicultores no tiran la toalla, entre otras cosas, porque si las lluvias hacen acto de presencia en los próximos días, todo puede llegar a cambiar.

Y así lo pone de manifiesto el representante de Asaja Cuenca, quien no duda en señalar que «si llueve ya, en estos días, muchas zonas se van a recuperar bastante», pero considera que si tardan en llegar los efectos no serán los mismos, porque «estamos muy cerca del inicio de la recolección, que comienza a extenderse a partir de mediados de noviembre, al menos para aquellos que la recogen a mano, porque los que utilizamos máquina se retrasa al más el inicio».

Por ello, el sector está esperanzado en que llueva en cualquier momento, tal y como indican las previsiones meteorológicas, y las cosas cambien, hasta el punto de que, en palabras de González, «la campaña pueda resultar finalmente hasta normal y dentro de la media histórica de la provincia, ya que hay margen para mejorar».

Entre tanto y a la espera de ver cómo evoluciona el tiempo, el secretario general de UPA Cuenca remarca la importancia del cultivo del olivar y ante la previsible reducción de cosecha, pone el foco en que tensionará la rentabilidad, por lo que plantea la necesidad de medidas de apoyo.


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