lunes, 10 de junio de 2024

Las valiosas minas de Cuenca que todavía luchan por ser BIC y que en Italia son ya 'Patrimonio de la Humanidad'

 Mientras que las minas de lapis specularis de Italia fueron ya declaradas Patrimonio de la Humanidad en 2023, las de Cuenca están aún muy lejos de serlo. Ni siquiera han sido declaradas todavía Bien de Interés Cultural (BIC), pese a tratarse de un patrimonio histórico de incalculable valor y que bien podría servir como revulsivo económico de comarcas en proceso de despoblación, como La Mancha o La Alcarria conquenses. Ahora, el grupo de acción local ADI El Záncara ha impulsado unas jornadas de divulgación bajo el nombre 'El Cristal de Hispania' cuyo objetivo es poner en valor este valioso patrimonio, así como trabajar para que el Gobierno regional lo catalogue, por fin, como BIC. Los arqueólogos Juan Carlos Guisado y María José Bernárdez han impartido este sábado una conferencia en Tresjuncos para dar a conocer la historia del espejuelo en la comarca y su importancia durante la época romana.

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La arqueóloga madrileña María José Bernárdez lleva treinta años volcada en trabajos de excavación, investigación y divulgación de las minas de lapis specularis de la provincia de Cuenca. Lo ha hecho de forma altruista, dedicando su tiempo y también su salario. "Enseguida nos dimos cuenta de que se trataba de algo tan valioso que tenía que ser descubierto y sacado a la luz", dice en una conversación informal con ELDIAdigital. 

 

Junto a su compañero, el también arqueólogo Juan Carlos Guisado, ha impartido hoy una interesante conferencia en Tresjuncos sobre la importancia del lapis specularis en época romana, que se exportaba desde el puerto de Cartagena a los principales puertos del Mediterráneo para su comercialización, como Alejandría, Antioquía o Karthago. Con él se fabricaban ventanales, tanto en viviendas y mansiones particulares como en edificios públicos. Sucedió hace dos mil años. De hecho,  el naturalista romano Plinio el Viejo dejó constancia en sus escritos de que el mejor lapis specularis de todo el Imperio romano se encontraba en Hispania, en torno a unos cien mil pasos alrededor de la ciudad de Segóbriga. Así, el lapis specularis fue explotado en las minas de la Hispania Citerior durante los siglos I y II d.C, convirtiéndose en todo un motor socioeconómico de las áreas de extracción hispanas, situadas en la actuales provincias de Cuenca, Toledo y Almería. 


Catalogación como BIC


No obstante, mientras que las de Almería han sido ya declaradas Bien de Interés Cultural, las de Cuenca está aún lejos de serlo. Los grupos de acción local de Cuenca han instado ya a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha a la declaración de las minas como BIC. Sería -tal y como apuntan los propios Bernárdez y Guisado-, "un primer paso para lograr una catalogación mayor, como puede ser la de Patrimonio de la Humanidad, un título con el que ya cuentan las minas de espejuelo situadas en Italia". 

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Esta catalogación sería, sin duda, un revulsivo económico fundamental para comarcas de la provincia de Cuenca que se encuentran en proceso de despoblación, como La Mancha o La Alcarria conquense. Los propios arqueológos María José Bernárdez y Juan Carlos Guisado han destacado la "enorme repercusión económica" que la puesta en valor de estas minas puede suponer para estos territorios. Además -añaden-, "cuando se abre un recurso turístico, no va a beneficiar sólo al pueblo, sino a toda la zona". 


La mayoría de los complejos mineros espejuelo de la provincia de Cuenca - un total de veintitrés -, están situados en las comarcas de La Mancha, La Alcarria y La Serranía y están tapados. Las que sí se pueden conocer y visitar en la actualidad son: 'Las Cuevas de Sanabrio' de Saceda del Río - Huete, 'La Mora Encantada' de Torrejoncillo del Rey y 'La Condenada' de Osa de la Vega. 

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Un caso claro de desaprovechamiento actual de este valioso de patrimonio es el de la mina del 'Pozolacueva', en Torralba donde, después de llevar a cabo intervenciones arqueológicas y de investigación, así como de construir un acceso horizontal a la misma, permanece cerrada al público a día de hoy. Los arqueológos confían en que en los próximos años pueda abrirse para ser visitada. Otras minas, como las de Belmonte, Villaescusa de Haro o Alconchel de la Estrella están tratando de protegerse y ponerse en valor por parte de estos grupos de acción local y también de los propios ayuntamientos.


Actuaciones de divulgación


Además actividades de divulgación como publicaciones, documentales y audiovisuales que pueden encontrarse de forma gratuita en internet, el grupo de acción local ADI El Záncara impulsó una ruta de largo recorrido -GR 163- que transcurre desde Cañaveruelas hasta San Clemente y que se puede realizar a pie o en bicicleta. Al mismo tiempo, en la localidad de Osa de la Vega se sitúa el Centro de Interpretación. 


En 2017, la Diputación Provincial de Cuenca recibió la Mención Especial de los Premios Unión Europea de Patrimonio Cultural/Premios Europa Nostra por su apuesta por el patrimonio a través del Plan de Mejora de Infraestructuras Turísticas de la Provincia de Cuenca (Plamit), desarrollado entre los años 2014 y 2016 durante la presidencia de Benjamín Prieto, y que sirvió para realizar intervenciones de tipología muy variada entre las que se incluían las minas de lapis specularis que hoy permanecen abiertas al público.

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 Fuente: eldiadigital.es/

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