Curiosidades, como la que nos aporta esta otra providencia judicial, publicada el 28 de marzo de 1856 en la Gazeta, sobre venta de bienes nacionales, fruto de las infructuosas desamortizaciones llevas a cabo por Juan Álvarez Mendizábal en 1835, y Pascual Madoz durante el bienio progresista de 1854 a 1856, pues sabido es que el plan económico ideado por estos próceres de la patria, no consiguió solucionar los problemas por las que fueron llevadas a cabo las desamortizaciones, como fue entre otros solucionar el grave problema de la deuda pública española y mitigar la desigualdad social, donde la mayor parte de estos bienes acabaron en manos de nobles y burgueses adinerados, al no poder pujar en las subastas la mayor parte de los campesinos.
Por este anuncio de la Gazeta, podemos saber que salieron a subasta fincas procedentes de la beneficencia eclesiástica, antiguas propiedades del Hospital del Santiago, en el paraje de La Moraleja, del término de Torrejoncillo del Rey. Tres lotes con una Casa de labranza, tierras labrantías, y “llecos” para pastos. Presumo que puede tratarse de la casa de la Moraleja, propiedad en la actualidad de la familia Escribano Balsalobre, destinada a encerradero de ganado, para uno de los dos rebaños de ovejas que aún se mantienen en el término. En estas fechas se subastaría también el convento franciscano de los Ángeles Custodios, fundado en 1602 por Fray Juan de los Ángeles, con la Ermita de Ntra. Sra. de la Paz y sus bienes y tierras, también desamortizado, y propiedad actualmente de los herederos de la familia Balsalobre. Malicio si escribo, que sería en una mañana de abril, en la Casa Consistorial de Torrejoncillo del Rey, cuando los antepasados de estas familias, en pública subasta, adquirieron legalmente estos lotes malvendidos por “la corte” española, como todos los bienes y tierra de la iglesia y de los ayuntamientos, desamortizados.
Extracto de la Gaceta de Madrid de 28 de marzo de 1856
Este siguiente anuncio, publicado el once de noviembre de 1879, me pareció igualmente interesantísimo. Se trata de un anuncio en La Gazeta, de caducidad de créditos del departamento de liquidación de la Dirección General de Deuda Pública, concedidos a la parroquia de Torrejoncillo del Rey. En concreto un crédito de 69.553 reales, con 59 céntimos que se anula, por caducidad de la justificación de una serie de gastos: la memoria de pobres; y entendemos que serían inversiones solicitadas en 1867 para servicios piadosos y, quizás, también para obras en algún altar de la antigua iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, y en algunas de las ermitas del pueblo.
Más allá de lo que pueda aportar el anuncio oficial desde un punto de vista económico, o procedimientos administrativos de la época, es la relación pormenorizada de algunas de las ermitas, cabildos, “obras pías”, con las que contaba Torrejoncillo del Rey y que aparecen relacionadas en la publicación del Estado, lo que me provoca el mayor interés. En cuanto a las Ermitas, sólo en este anuncio se relacionan las Ermitas de San Sebastián (ubicada en el paraje del Santo), de Nuestra Sra. de la Salud, Nuestra Sra. de la Soledad, y por último la desconocida Ermita de Nuestra Sra. de Los Cuchillos. En mi último relato Cerros y vallejos de Torrejoncillo del Rey (2023), enumero sus Ermitas y ubicación de las que tenía constancia a través del libro de D Julián, pero desconocía la existencia de esta Ermita de Ntra. Sra. de Los Cuchillos, advocación también llamada de las Angustias, remarcando aún más si cabe la advocación de la iconografía mariana de la Virgen de la Soledad o en algunos lugares conocida bajo el título de Virgen de los Dolores, o “Dolorosa”. Cuatro advocaciones de la Virgen Santísima, que representan la María de superior dolor e inmenso amor de madre.
Extracto de la Gaceta de Madrid de 18 de noviembre de 1879
Como sabemos, el patrimonio de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de Torrejoncillo del Rey, cuenta con un pormenorizado inventario, elaborado por Dº Alfonso Ortega en 2006, con los restos que han quedado, después de los sucesivos expolios que se produjeron en la guerra civil española, y en el hundimiento del singular edificio en 1960, principalmente, del rico patrimonio parroquial con el que contaba el pueblo. Evidentemente, el inventario de este patrimonio religioso: bienes inmuebles, libros, mobiliario y objetos, o enseres y ornamentos; que elaboró nuestro querido párroco, para la Diócesis de Cuenca, no cuenta con una escultura o talla de la Virgen de los Cuchillos, y no tengo noticia alguna de su anterior existencia.
El libro de Dº Julián tampoco menciona, como indico, la existencia de estas desconocidas Ermita e Imagen de la Virgen de los Cuchillos, representada en la iconografía mariana con siete puñales clavados en el doliente corazón, por la vida, pasión y muerte de su hijo, JHS[1]. Sí relaciona la existencia entonces, de un gran cuadro de la Virgen de las Angustias colocado en alguna de las paredes de la antigua iglesia, desaparecido Dios sabe cuándo. ¿Representaría esta imagen de la antigua iglesia a la Virgen de los Cuchillos, en esta confusión de advocaciones?
Virgen de la Soledad de Torrejoncillo del Rey, conocida también en otros lugares como Virgen de los Dolores.
Entre el patrimonio local sí disponemos con una preciosa Virgen de la Soledad, ubicada en el centro del retablo de la Ermita que lleva su nombre. Se trata de una bella talla de madera de esta “Dolorosa”, barroca, del siglo XVII, con corona de metal plateado y espectacular manto negro con pasamanería, pero lejos de la iconografía de su homóloga, siempre llena de Gracia, la Virgen siete veces acuchillada de dolor y pena.
Por otra parte, da constancia el viejo maestro en su libro, de la existencia en Torrejoncillo del Rey, extramuros del núcleo urbano, al pie del Cerro de las Carrasquillas, de otra Ermita que pudiera ser la que buscamos, la de Nuestra Sra. de los Dolores, hoy desaparecida. No he encontrado ningún dato, alguna antigua fotografía, reseñas, o detalles constructivos o arquitectónicos de este edificio. Arcadio Lillo comenta que la recuerda como una gran Ermita, de anchas paredes, y de haber correteado en su niñez por las ruinas de este edificio. En la foto aérea del pueblo que realizó el PNOA en 1956, se puede observar la planta de la que sería, según mi intuición, la Ermita de Ntra. Sra. de Los Dolores, y efectivamente se aprecia un edifico rectangular, aparentemente de dos naves, o bien Ermita propiamente dicha y claustro, al estilo de la Ermita de Nuestra Sra. de la Paz del antiguo convento franciscano, incluso de un tamaño muy similar, algo menor.
Igualmente, tampoco he sabido del contenido religioso que albergara, es decir si en su posible retablo lo presidiera esta Virgen misteriosa, que de manera “oficial” se relaciona en el anuncio de la Gazeta de cancelación de créditos en 1879, y que nos haga suponer que ambas Ermitas se trataran del mismo edificio religioso, como creo así pudiera ser.
Foto aérea de Torrejoncillo del Rey. Norte. PNOA 1956. Señalada la posible ubicación de la Ermita de Ntra. Sra. de los Dolores.
Foto aérea de Torrejoncillo del Rey. Sur. PNOA 1956. Señalada la ubicación de la Ermita de Ntra. Sra. de la Paz.
Otro dato curioso que nos revela el anuncio de 1869, por último, es el de la existencia de las Memorias de Ánimas y de Pobres, y de algunas de las cofradías, cabildos y obras pías. Las Memorias de Ánimas era un establecimiento o fundación para la caridad con el prójimo, en este caso preocupada de los pagos de los gastos de las misas y oraciones por las animas del purgatorio de los difuntos de Torrejoncillo del Rey, donde en el pueblo existía un Cabildo de Ánimas del Purgatorio nada más y nada menos que desde 1616. Así también la Memoria de los Pobres, obra pía dedicada a la caridad con los más necesitados de Torrejoncillo del Rey. La antigua iglesia, tantas veces lamentada, contaba con un pequeño Altar de las Ánimas, con un cuadro de éstas, y otro de Santa Lucia. Evidentemente, oleos también desaparecidos.
Las Obras Pías, en este caso la Obra Pía de Santa Catalina de Torrejoncillos del Rey, igualmente podría ser “un establecimiento o una fundación para servicios piadosos o asistenciales, generalmente de carácter benéfico para la atención de huérfanos y enfermos, escolarización, dotación de doncellas huérfanas para el matrimonio, reparto de ropa, comida, etc.; como un antecedente de la actual Cáritas”. Sería el Cabildo que llevaba su nombre quien administraría esta obra pía, y que contaba con altar, probablemente en la antigua iglesia, como se desprende del anuncio de la Gazeta del pasado siglo XIX. El tantas veces citado libro de Dº Julián sobre Torrejoncillo, no menciona la existencia de este altar, pero sí la fundación del Cabildo de Santa Catalina, uno de los más antiguos de nuestro pueblo, junto con las Cofradías de san Blas y de las Ánimas, pues relaciona documentos de mayordomos y cofrades de principios del siglo XVII, de 1631. Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir, cuya fiesta se celebra el 25 de noviembre, contaba así con una Hermandad en Torrejoncillo del Rey, que especialmente celebraba tres días solemnes: el de la propia Santa, el Corpus Christi, y la Natividad de Nuestra Señora; con la orden del cabildo, en estos días tan señalados del calendario católico, de dar limosnas a los cofrades más necesitados “y si sobrase”, se les dé a los pobres”.
Estos documentos para solicitud de ayudas destinadas a los pobres y a la salvación de almas fueron promovidos por el párroco Dº José García Sevillano, junto con el alcalde, en representación como apoderado, Dº Fernando Domingo López. Pero, de cualquier manera, independientemente de toda esta información que podemos obtener de documentos más o menos antiguos, legajos, crónicas, etc… repartidos por todos estos archivos oficiales que he mencionado, como entre muchos otros como p. e. los Archivos Diocesanos del Obispado de Cuenca y el Archivo Histórico Provincial de Cuenca, el primer hundimiento de parte de la bóveda de la antigua iglesia, y el inmediato derribo provocado del total del edifico, sabiendo que fue una gran tragedia para Torrejoncillo del Rey y la desaparición de prácticamente la totalidad de estas Ermitas con la que contaba el pueblo, no es justificación alguna para constatar el mísero patrimonio existente de este municipio.
¿Cómo es posible que una iglesia construida en el siglo XV, donde ya intervendría como cantero José de Ibarrola, el padre del maestre de campo del Tercio Viejo de Sicilia, nuestro paisano, Julian Romero, el de las hazañas; un municipio con casi una docena de Ermitas; Cabildos y Hermandades fundadas hace más de trescientos años; un Ayuntamiento que, como poco desde la época moderna fue constituido cuando Carlos V le otorgo la categoría de realengo, ¡en 1537!, cuando se eximiría de la jurisdicción de Huete; cómo es posible, digo, que sólo cuente entre sus archivos locales con apenas unas decenas de libros religiosos y la enciclopedia Espasa, y algún que otro puñado de legajos, de todo este arte y patrimonio cultural tangible como el que ha tenido que disponer Torrejoncillo del Rey a través de tantos siglos de historia, contenido en todos estos numerosos edificios, algunos monumentales, y sus Administraciones locales: eclesiástica, laicas, municipal? Todo desapercibo, hurtado, expoliado, saqueado, destruido, probablemente en el mejor de los casos mal vendido y en manos privadas, en otros destruido…, diluido como un azucarillo, sin dejar rastro alguno.
Contradictoriamente, Torrejoncillo del Rey, siempre ha sido un pueblo generoso, avanzado en muchos de sus aspectos. Hemos comentado que la Cofradía de San Blas, de las Ánimas del Purgatorio, o de Santa Catalina, se fundan tempranamente, a principios del siglo XVII, y como las Cofradías Sacramentales de la época en el resto de España, abarcaban todas las clases sociales, es decir, a todos aquellos que, económicamente débiles por la insuficiencia e inestabilidad de sus sueldos, jornales o ganancias, buscaban en la mismas la posibilidad de hacer frente a las necesidades extraordinarias de la vida, producidas por la disminución o pérdida de sus ingresos, o por sufrir un aumento de sus necesidades, Cofradías que son la esencia y antecedente del seguro social.
El pueblo no fue ajeno a esta organización solidara, con una participación numerosa y activa dado la cantidad de cofradías, hermandades o cabildos con las que se han contado; y como he pretendido resaltar también en otros escritos, el pueblo de Torrejoncillo del Rey ha sido en muchas ocasiones pionero en otras estructuras sociales como la fundación de sindicatos.
[1] Los siete Dolores de la Virgen María: 1) la profecía de Simeón, en la que se le anuncia a la Virgen que una gran espada le atravesará el corazón; 2) la huida a Egipto provocada por la persecución de Herodes; 3) Jesús perdido en el Templo durante tres días; 4) se encuentra con su hijo cargado con la cruz; 5) el momento de crucifixión y muerte de Jesús; 6) la Piedad, el momento en el que la Virgen recibe a su hijo muerto en brazos, y 7) el entierro de Jesucristo.
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