Rewilding
Europe escoge para su primer proyecto en España una zona con una
densidad de población tan baja como Mongolia, donde quiere introducir
ganado similar a los antiguos uros
“Hemos escogido esta zona, porque siendo muy grande y deshabitada, a futuro puede convertirse en un espacio natural de primer orden. Seguramente fuera de Escandinavia no hay en Europa un área con una densidad de población tan pequeña, dos habitantes por kilómetro cuadrado, la misma que la de Mongolia”. De este modo explica Deli Saavedra, jefe de Paisajes de Rewilding Europe, el primer motivo de que esta organización haya seleccionado tierras de Guadalajara, Cuenca y Teruel para financiar un gran experimento para impulsar la vida salvaje.
El proyecto, bautizado como Sistema Ibérico Sur (Iberian Highlands, en inglés), se presenta este miércoles en Cuenca e integra distintas actuaciones piloto para favorecer la vuelta de la naturaleza y la economía local, como la introducción de ganado tauro (una raza bovina creada a semejanza de los antiguos uros), dentro de un área mucho más grande de 850.000 hectáreas. Se trata del décimo proyecto en Europa y el primero en España de Rewilding Europe, fundación registrada en Holanda para promover la recuperación de la vida silvestre en el continente.
Como añade Saavedra, la segunda razón de elegir estas tierras “es que son de las pocas donde hoy en día se puede demostrar a gran escala otros usos de la ganadería”. Según este representante de la organización holandesa, hasta ahora el ganado se ha empleado para producir carne o leche, pero ellos quieren recuperar a estos animales como una pieza más de los ecosistemas, además de para reducir el riesgo de incendios y favorecer la acumulación de carbono. “Nosotros no lo llamamos ganado, son grandes herbívoros trabajando para los ecosistemas”, señala Saavedra.
Para a llevar a cabo esta iniciativa, la fundación holandesa ha creado Rewilding España, matriz inscrita en el registro de fundaciones de competencia estatal como Fundación Española de Renaturalización. Como detalla la secretaria general de esta organización, la abogada Mara Zamora, este proyecto Sistema Ibérica Sur cuenta con una financiación inicial de 2,7 millones para los primeros tres años, pero está planteado a mucho más largo plazo. El dinero viene de la fundación holandesa, a través de dos fuentes de financiación: un programa británico para proyectos de conservación a gran escala, Endangered Lanscapes Programme, y una fundación de la marca de relojes Cartier.
El proyecto en España contempla diversas actuaciones piloto en localizaciones dispersas, en los que los promotores pagan ya sea por el alquiler de pastos o para evitar aprovechamientos forestales que dañen zonas bien conservadas. Estas acciones están previstas en puntos de tres áreas naturales, los parques naturales del Alto Tajo y de la Serranía de Cuenca, y la reserva de caza de Montes Universales, una enorme superficie que en conjunto cubre un área de 850.000 hectáreas. Según la secretaria general de Rewilding España, las tierras donde se ubican las actuaciones piloto están situadas en un 80% en Castilla-La Mancha (en las provincias de Guadalajara y Cuenca) y en un 20% en Aragón (en la provincia de Teruel).
De forma más concreta, el plan previsto incluye la introducción en superextensivo de rebaños de caballos en Mazarete y Villanueva de Alcorón (ambos municipios en Guadalajara) y de bovinos tauros en Frías de Albarracín (Teruel), así como continuar con las de buitre negro que ya se están llevando a cabo en la zona, a través de un aviario situado en Peralejos de las Truchas (Guadalajara). También se contempla el derribo de al menos un azud obsoleto en el río Cabrillas y el pago a propietarios forestales para evitar la tala de rodales de bosques maduros de gran valor.
“En Rewilding Europe trabajamos en grandes paisajes, pero evidentemente es imposible trabajar en todo este espacio al mismo tiempo, lo que hacemos es poner en marcha pilotos, actuaciones que son siempre de demostración para los vecinos”, incide Saavedra, que asegura que el proyecto también pretende impulsar el turismo y actividades económicas que ayuden en combatir la despoblación. “Nosotros ni imponemos nada ni queremos que desaparezca la ganadería o la agricultura allí donde sigue estando, el problema es que hay muchos sitios donde ya no hay nada de esto, por esto estamos buscando acuerdos con ayuntamientos y entidades como la Consejería de Desarrollo Sostenible de la Junta de Castilla-La Mancha”.
En el caso de los tauros, en el arranque del proyecto se espera incorporar un rebaño de 24 animales que ya vive en la zona de Frías de Albarracín, introducido hace 17 meses por el responsable del parque de fauna ibérica La Maleza, Ricardo Almazán. “Después de 17 meses la finca ya está cambiando una barbaridad, porque el tauro es un animal que se come la vegetación lignificada, los matorrales con tallos leñosos, literalmente, se come la madera”, comenta Almazán, que incide en la importancia que tiene esto para luchar contra los incendios. “A una vaca de carne aquí hay que darle de comer durante ocho o nueve meses al año porque si no se muere. Estos tauros aprovechan ellos solos el recurso natural, alimentándose de lo que encuentran, venga el clima que venga, sin enfermar jamás”.
Como detalla este pionero en la suelta de estos grandes herbívoros en la zona, el tauro es una raza de bovino en cuya creación ha intervenido otra fundación holandesa, Stichting Taurus, cruzando diferentes tipos de vacas europeas (entre ellas, tres españolas, la limia, la sayaguesa y la pajuna del sur) para buscar la mayor similitud con los extintos uros. “El tauro es un animal que alcanza los mil kilos, mide de alto unos 1,80 metros a la cruz (donde nace el cuello) y tienen los cuernos siempre hacia arriba, como tenía el uro”, incide Almazán. “No es un animal peligroso para nada, pero los proyectos de tauros pueden prosperar en sitios vacíos de humanos, porque un bicho de mil kilos da miedo”.
El año pasado, un grupo de científicos alertó de los riesgos de introducir en algunos puntos de la Península el actual bisonte europeo, que nunca vivió antes aquí. Sobre esto, Almazán defiende que “en este caso no se puede decir que sea una especie exótica, pues el tauro es un bovino con genes de vaca europeas actuales, especialmente adaptada a ecosistemas europeos, y lo que se pretende es recuperar una especie clave que vivió aquí y que nos cargamos”.
Para el alcalde de Frías de Albarracín, Benito Lacasa, “el manejo de esos animales no es difícil, pero tampoco fácil”. “Aunque en estas sierras somos poquita población, todavía quedamos gente en estos municipios, hay tierras de labor, ganadería de ovino, aprovechamientos de madera y otras actividades, así que los tauros deben ser compatibles con todos estos usos, no se trata de tener en exclusividad el espacio para estos animales, además estos son montes de utilidad pública”. Como incide el edil, lo que se ha hecho es delimitar una zona de unas 500 hectáreas cerca del municipio para que no interfiera en otras actividades. “Hemos hecho esto con dos fines: uno científico, para ver los cambios que producen estos animales en el paisaje, en los pastos, en los insectos; y el otro turístico, para intentar que otro punto de interés en esta zona sea venir a ver estos tauros”, destaca Lacasa.
Fuente: https://elpais.com
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