Virgen de Urbanos
Aunque de ello nadie duda,
Que fuiste aparecida,
Que a Urbanos venías aparecida,
Su devoción confeso:
Un tesoro en vos se haya,
Y en su riqueza estriba,
Ser siempre nuestra abogada
Madre de Dios,
Virgen de Urbanos querida.
Estando en ajeno suelo
Esta villa os cogió por patrona,
Y por eso consiguió
Trocar a su suelo en cielo.
Aviva pues nuestro celo,
Y devoción primitiva,
Ser siempre nuestra abogada
Madre de Dios,
Virgen de Urbanos querida.
Si el cielo en su sequedad
A esta villa amenaza,
No por esto se embaraza
Su gozo y prosperidad.
Menos tarda tu piedad
Que tarda tu rogativa,
Ser siempre nuestra abogada
Madre de Dios,
Virgen de Urbanos querida.
Flor del Edén, paloma divina:
Qué hermosa estáis de azul
y blanco vestida.
¡Oh Virgen sacrosanta!,
La flor más preciosa,
Que a esta villa hermosa
Su aroma le da.
Sois para mí la fuente de agua clara
Donde yo quiero beber toda mi vida.
Llenas de amor a tus gentes torrejoncilleras.
Soñando están en acercarse a Ti
Para besar tus plantas soberanas,
Para perpetua escolta a Tí.
Y cuando la mar sesuda y revoltosa
Quiera anegar mi mísero bajel
En Ti hallaré mi estrella esplendorosa
Y Tú serás mi firme timonel.
Autor: Salvador Alcantarilla
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