MIÉRCOLES DE CENIZA
La pasada mañana
un aire de ceniza
azotaba mi pelo.
San Silvino anunciaba
la naciente humareda
del cuaresmal incendio.
La pasada mañana
los ángeles hundían
mi castillo soberbio.
Entre piedras volaron
la pasada mañana
unos pájaros negros.
La pasada mañana
humedecí de llanto
el piso de los templos.
Atravesó mi oído,
como punzante daga,
afligido "memento".
La pasada mañana
se miraron de frente
las tierras y los cielos.
Los cielos escuchaban
el grito de las tierras:
Su grito lastimero ...
La pasada mañana
sentí la voz de Cristo
resonando en mi pecho.
Ayer por la mañana
un dedo de ceniza
señalaba el desierto.
La pasada mañana
se teñía de grises
el azul de los cielos.
Hecho cruz de ceniza,
se posaba en mi frente
un angélico beso.
Autor: Eliseo Feijoo, de su libro "Cantares en la isla". 1953
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