sábado, 11 de diciembre de 2021

LA GRAN TRAGEDIA DE TORREJONCILLO DEL REY: LA DESPOBLACIÓN. APUNTES PARA LA ESPERANZA (I).

 Han pasado ya 5 años de este artículo, y seguimos igual de mal o peor, es hora de exigir más de nuestros gobernantes si no queremos que media España desaparezca.

El pasado 17 de diciembre, en el BOE n.º 304, se publicaba el Real Decreto 636/2016 de 2 de diciembre de 2016, por el que se declaran oficiales las cifras de población resultantes de la revisión del Padrón municipal referidas al 1 de enero de 2016; y a su vez el Instituto Nacional de Estadística (www.ine.es) procedía a la publicación de las cifras de población oficiales de todos los municipios españoles.

Los datos que arroja el INE sobre la población en Torrejoncillo del Rey –¡junto con sus pedanías!‐ son desoladores.  412 almas. 202 mujeres y 210 hombres. El siguiente gráfico del INE muestra la evolución descendiente, en pendiente vertiginosa, de la población en Torrejoncillo del Rey desde el año de 2002.

 


Sólo observando esta representación gráfica de la evolución de la población del pueblo, sobraría cualquier palabra al respecto. Nadie puede poner en duda que la despoblación, lejos de estar contenida, es el mayor problema al que se enfrenta el municipio de Torrejoncillo y todos los pueblos que conforman la comarca de la Alcarria Conquense, donde la toma de medidas con las que enfrentarse a esta “pandemia” es una tarea titánica, inconmensurable, para los principales actores que participan de este desastre: los Ayuntamientos y los escasos vecinos resistentes, y ya no sólo por sus limitados recursos, si no porque este gran problema los trasciende sobremanera. 

 

Volviendo al gráfico, me llama la atención como desde el 2002, con una población 667 personas, ésta se mantuvo en un descenso sostenido hasta el 2006, que cerró con 649; pero a partir de ese año, como digo, el descenso es vertiginoso, desolador. En los últimos 10 años, se han ha producido una pérdida de 250 personas del Padrón municipal –¡un 40%! Sólo en el último año 21 personas caen de las cifras (un 5% menos con respecto  al año 2014).

Evidentemente la comarca, la Alcarria Conquense, no queda al margen de estas cifras como he comentado. En “Alcarria Es Más”, (www.alcarriaesma.com) en su perfil de Facebook, leía cómo la comarca, al hilo de las cifras de población publicadas en el INE, ha perdido 328 personas a 1 de enero de 2016, con un población total de 9.432, un 3,4% menos sobre las 9.760 con que se contaban a enero de 2015. Torrejoncillo engrosa –y situado en el pelotón de cabeza‐ de forma muy destacada, los números rojos del listado. 

No hay que olvidar que estas terribles cifras parten de otro dato de no mayor desesperanza, como es el de la dispersión, donde en la Alcarria Conquense con una superficie de 2.435,24 km2, 42 municipios y 27 pedanías, cuenta con una densidad de población de 4,81 hab/km², siendo aún menor en Torrejoncillo del Rey con 2,96 hab./km² (datos del Plan de Zona de la Alcarria Conquense de 2011 de la J. CC. de CLM), que reflejan la insostenibilidad en las condiciones actuales ‐de no aplicarse de forma inmediata drásticas y eficaces medidas‐, del “mundo rural”. 

 

Otra curiosa cuestión que también muestra el gráfico, es que el inicio de esta pronunciada evolución descendente viene a coincidir casualmente ‐¿casualidad o causalidad?‐ con el inicio del periodo de la gran crisis económica que atraviesa España, el 2007. 

Por último, lamentablemente, junto con los problemas del descenso y la dispersión de la población nos encontramos con el problema del envejecimiento, donde el 25% (INE: 2015) de la población de Torrejoncillo del Rey es mayor de 80 años, lo que augura sin remisión un empeoramiento en las cifras publicadas. Indefectiblemente se agudizará la regresión en la próxima década. 


Este enorme problema de la despoblación –junto con la dispersión y el envejecimiento‐  de nuestra comarca, y de toda la “serranía celtibérica” (www.celtiberica.es), no descubro nada si digo que es de muy difícil solución, ya no solo por la disposición o no de recursos, sino dado el actual modelo social, político, económico, cultural, de valores, etc…; con esta sociedad en la que nos encontramos marcadamente “urbanita”, postmoderna, donde la vida en el mundo rural, lejos de hacerla atractiva, en todas las proyecciones mediáticas es permanentemente caricaturizada, cuando no ridiculizada, con escasos flash buco‐melancólicos que muestran lo maravilloso de la vida en los pueblos, siempre ligada al interés mercantil para apoyar algún gran producto de consumo con necesidad de etiqueta de ecológico, sano, tradicional u otras zarandajas del márketing.


 

EL entorno claramente contrario a incentivar el retorno al mundo rural; la atonía de gran parte de los municipios afectados; la falta de tejido industrial o de servicios, con escasas oportunidades y ausencia de emprendimiento, no cabe duda que genera a las escasas empresas y autónomos resistentes enormes dificultades en su sostenimiento al carecer de un “ambiente” empresarial que favorezca su desarrollo; y junto con la ausencia de una voluntad real por atajar de una manera contundente –urgente‐ y efectiva la despoblación por el total de las Administraciones supramunicipales, no ayuda a evitar la gran tragedia de la desaparición de la mayoría de nuestros pueblos celtibéricos.

No pierdo de vista los esfuerzos que las Administraciones Locales, Provinciales, Autonómicas, Estatales y Europeas viene realizando con los Fondos Europeos y las Políticas de Desarrollo Rural, pero a la vista está que se han declarado insuficientes desde el momento que estas PDR no han sido capaces de contener la despoblación, ralentizarla al menos, quedando así estos esfuerzos en mero voluntarismo de estas Administraciones.  

He hablado de medidas. Existen. Y habría que llevarlas a cabo urgentemente, sin dilación, si queremos evitar una sucesión de pueblos extintos. Pero… ¿quién pone ese cascabel al gato? El problema de la despoblación del medio rural fue tratado ampliamente en el Senado, en el seno de la Comisión de Entidades Locales, donde fueron estudiadas una serie de Ponencias de diversas personalidades de varias Administraciones: local, provincial…, Asociaciones de Desarrollo Rural, Empresarial…; culminando con la publicación en el BOE de 17 de abril de 2015 de las Ponencias de Estudio y las conclusiones a las que se llegaron en dicha Comisión para la lucha contra la despoblación. El cascabel continúa sin tintinear. 

A mi juicio, sería tarea ímproba el aplicarlas ya que requeriría de un gran Pacto Nacional para paliar este problema de la Despoblación del Mundo Rural mediante estas propuestas, pues las medidas a tomar no es que superan las capacidades y competencias no sólo de los principales actores, como he comentado, que son los Ayuntamientos implicados y los propios habitantes, sino también en gran medida las de las propias CC. AA.

Recientemente, en la pasada Conferencia de Presidentes Autonómicos del 17 de enero, el problema de la despoblación también fue uno de los temas tratados, ocupando el segundo lugar de los 10 grandes acuerdos a los que se llegaron en dicha Conferencia, detrás del de financiación autonómica, claro está, no vaya a ser... Este segundo acuerdo, de “Estrategia Demográfica”, contempla para el presente año de 2017 aprobar una “Estrategia Nacional al Reto Demográfico”, como respuesta conjunta y de futuro para paliar el problema de la despoblación, la dispersión, y el envejecimiento en España.

Confiemos que se materialice lo acordado en la pasada Conferencia de Presidentes Autonómicos y se produzca esa “Estrategia Nacional al Reto Demográfico” y puedan aplicarse medidas como las estudiadas en la ponencia del Senado; para que no quede a mi juicio este principal problema de los muchos que tiene el país, como digo, en mero voluntarismo.

Creo de igual manera que la solución no pasa por poner más o menos fondos sobre la mesa, ya que en gran medida se trataría de lograr un cambio en el modelo social, económico, cultural…, un giro en la evolución de la sociedad; y la historia demuestra que la vuelta a la intrahistoria que dio origen a la vida urbana, la vuelta a la vida antigua, a “la vida lenta” en conjunción con la vida moderna en este ambiente rural, se me antoja irreversible.

Pero vuelvo a las medidas de la Ponencia del Senado. Si alguien tiene la curiosidad de leerlas, si nos paramos detenidamente a estudiar punto por punto las medidas propuestas, es obvio que un pequeño Ayuntamiento como Torrejoncillo del Rey, con un presupuesto anual estimado en torno a los 650.000€, que apenas da para su sostenimiento (ver mi artículo sobre presupuestos municipales de noviembre de 2016: http://torrejoncilleros.blogspot.com.es/), indudablemente no puede en principio aplicar ninguna de las medidas acordadas, en la paradoja que los municipios, que son los mayores perjudicados por la despoblación, carecen de los recursos necesarios para frenar y revertir ‐si quiera mantener una lucha digna‐ la despoblación.

Pero mi pesimismo patológico hace “que me conforme con que la despoblación no vaya todo lo mal que me temía, y me aferre con desesperado entusiasmo a los beneficios parciales de cuya probabilidad dudo”, robando estas palabras del filósofo Fernando Savater sobre el pesimismo ilustrado del ensayo “El hígado de Prometeo” del periodista Jorge Bustos, es decir “no hacerme  ilusiones sobre la frágil condición del hombre no significa renunciar a cualquier esfuerzo en pro de una mejora social (El hígado de Prometeo. Jorge Bustos. Ediciones Nobel 2016).   

Por tanto, a pesar del pesimismo que rezuman estas palabras, lejos de caer en la desesperanza, me aferro con desesperado entusiasmo a la posibilidad que creo real de ver cumplidos mis deseos de vivir en un “Mundo Rural” con futuro; donde los que tenemos en mayor o menor medida nuestra vida y la de nuestros hijos vinculada a los pueblos en vías de extinción logremos dar cabida a la esperanza y a la ilusión, si hay resistencia numantina: “no demos pábulo ni al inerte sentimiento ni a la anestesiadora y deformante nostalgia y dejemos volar la esperanza y la ilusión, que son las dos alas de la saludable felicidad que ni cesa ni aun se interrumpe” (Camilo José Cela. Quien resiste gana. Discurso de recepción del premio Príncipe de Asturias. Oviedo, 1987).

Aún hay cabida para la toma de algunas medidas que de manera más o menos inmediata, en las condiciones y recursos actuales, el Ayuntamiento de Torrejoncillo del Rey creo podría aplicar –las cuales apuntaré próximamente en otro artículo‐ y sumarse así modestamente a la lucha contra esta lacra de la despoblación, no sin esfuerzo y en pro de una mejora social de nuestro pueblo; a la espera no de una toma de conciencia por parte del resto de Administraciones, que creo sinceramente que la tienen, y donde ya no hay tiempo a la contemplación, si no a la espera de la indefectible Estrategia Nacional frente al

Reto Demográfico “prometida”, la toma urgente de medidas, y su puesta en práctica inmediata. Continuará.

 

En San Blas de 2017, patrón del pueblo de Torrejoncillo del Rey.

 

Carlos Cuenca Arroyo.

Ex concejal del Ayuntamiento de Torrejoncillo del Rey (Cuenca).


2 comentarios:

  1. Pues con la magnifica granja de cerdos se nos va a llenar el pueblo de gente ...... ah no que a lo mejor se llena de purines, olores y miles de moscas y consiguen, no solo , que no vaya nadie sino que además nos vayamos las personas que tenemos casa allí. Eso si en el pueblo nadie dice absolutamente nada y nadie se queja será porque la vacuna ha hecho su efecto y nos ha dado la inmunidad y el silencio del rebaño.
    Tendremos lo que nos merecemos y luego no nos quejemos.

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  2. Sabría decirme alguien alguna medida que este ayuntamiento PP-PSOE haya tomado contra la despoblación?
    Da gusto ver como los dos grandes partidos llegan a un consenso para no hacer nada!!

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