viernes, 22 de octubre de 2021

Celtiberia resurge: viaje por el país 'inventado' para dar una identidad a la España interior

 Recorremos con uno de sus grandes expertos Celtiberia, que se extiende por ocho provincias y cuatro comunidades autónomas: "Como el Camino de Santiago, pero con algo de verdad"

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Hace unas semanas, mientras volvía desde Valladolid, Javier Hernández Ruiz se encontró con dos figuras equinas en la frontera con Soria. Eran dos reproducciones de la famosa fíbula de caballo que fue encontrada en Numancia y que hoy se ha convertido en uno de los símbolos de la región. La fíbula aparece hoy en camisetas, pins o llaveros. Para Hernández, significaba algo más. “Ya está calando”.

Lo que está calando es Celtiberia. Un territorio, pero sobre todo un 'país imaginado'. Una idea, un concepto. Un término que ya aparece en textos grecolatinos. Una región multicultural que se extiende por ocho provincias españolas y cuatro comunidades (Guadalajara, Segovia, Soria, Cuenca, Zaragoza, Teruel, Cuenca y Burgos; las dos Castillas, Aragón y La Rioja) y que es fácil identificar con la España interior despoblada. De Calahorra a Alarcón, de Sepúlveda a Zaragoza, de Albarracín hasta Santo Domingo de la Calzada. Para Hernández, además, es una película que aún no se ha contado. Y una oportunidad.

"Yo no sabía qué era, tenía mucho cacao, pero ahora me he dado cuenta de que soy de la Celtiberia y me mola”

 

Hernández es muchas cosas (entre ellas, director de documentales y profesor en ESIC), pero sobre todo es un orgulloso miembro de la Asociación de Amigos de la Celtiberia y coordinador de la ‘Guía turística de la Celtiberia’. No es una mera guía de viajes (que también), sino el intento de revitalizar una región “llena de cosas” a la que el progreso dio la espalda en el siglo XIX y que está buscando una historia que contarse. Esta historia puede llamarse Celtiberia, que además suena bien.

“No existe un destino turístico interesante si no hay una película, y aquí teníamos buenos fotogramas, pero faltaba la película y este es nuestro intento, con un nombre además muy evocador”, explica Hernández, que se entusiasma cuando habla de su Celtiberia natal. En la contraportada del libro aparecen no menos de 11 organismos públicos, desde las distintas diputaciones (Soria, Segovia, Burgos, Teruel, Cuenca) hasta comarcas como la del Campo de Daroca o del Aranda.

[Quien quiera pasearse por Celtiberia ya, puede bajar hasta el final del artículo y ver el viaje que hemos preparado]

Hace unos años, la mayoría identificaría Celtiberia con Luis Carandell y su ‘Celtiberia show’, en el que recogía lo más carpetovetónico y anticuado de nuestro país. La situación ha cambiado poco a poco a lo largo de la última década, en la que muchos sorianos o aragoneses se han dado cuenta de que ellos, lo que son, es celtíberos. “Este verano hemos estado haciendo presentaciones y te das cuenta del empoderamiento que siente la gente cuando se lo cuentas”, explica. “En una me vino un ingeniero de 40 años de Zaragoza y me dijo, 'yo no sabía qué era, tenía mucho cacao, pero ahora me he dado cuenta de que soy de la Celtiberia y me mola”.

“Creo que es muy bueno que la gente se empodere identitariamente”, prosigue Hernández. “No para conformar una movida política y de tipo excluyente, porque no creo en eso, pero sí de decir ‘yo soy celtíbero”. Como recuerda, muchos pueblos no se sienten identificados con la región que les ha caído en suerte por la división provincial, como ocurre con “la gente de Molina de Aragón, que no se siente nada de Guadalajara porque no tiene nada que ver con el corredor del Henares, o en Teruel Occidental. Albarracín, Calamocha o los páramos de la Gallocanta están desguarecidos de identidad y este tipo de cosas les viene bien”. O parte de Soria, que en algunas zonas rayanas se identifica más con Aragón que con Castilla y se siente un poco huérfana dentro de Castilla y León. Celtiberia es una identidad alternativa.

Todos los nacionalismos no son más que ‘storytellings’, insiste Hernández

En Aragón, Zaragoza y Teruel se comienza a asumir lo celtíbero. Los autores conceden que hay un importante porcentaje de ‘storytelling’, de “invención”, por usar el término utilizado para referirse al Camino de Santiago. “Está en esa línea, pero la diferencia es que aquí al menos hay algo de verdad, porque a día de hoy no está documentado que Santiago el Mayor estuviese en carne mortal. Pero es un ‘storytelling’ acojonante inventado por Gelmírez [primer arzobispo de Santiago] y las monarquías, a las que les interesaba atraer colonos a través de los fueros. Humildemente, es algo parecido, pero con una base sólida, tanto geográfica como histórica. Tampoco pretendemos que sea científico, somos conscientes de que es ‘un país imaginado”.

Todos los nacionalismos, en el fondo, no son más que ‘storytellings’, insiste Hernández. Pero ellos no piensan en la nación: “Por eso trabajamos más en lo cultural y turístico, lo aglutinante y no restrictivo”. 

Fuente: https://www.elconfidencial.com

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