Los análisis realizados por las universidades italianas de Módena y
Reggio Emilia sobre diversos materiales que formaban parte de ventanas halladas en la ciudad de Pompeya han arrojado un curioso origen para éstos: la región de Cuenca.
El llamado lapis specularis,
que servía para cubrir los huecos de las ventanas dejando entrar algo
de claridad antes de su sustitución por los panales de vidrio, procedía
de las canteras de esta zona de Castilla, que hizo de la explotación de
este material uno de sus principales fuentes de ingresos en época
romana. Las casas romanas no contaban con grandes ventanales, pues
estaban construidas de forma que dieran la espalda a la calle y se
abrieran hacia grandes patios interiores. Sin embargo, sí existían
pequeñas y medianas ventanas que permitían la iluminación de algunas
estancias interiores, especialmente aquellas más importantes.
Aunque, como ha explicado el doctor Juan Carlos Guisado, presidente
de la Asociación Lapis Specularis, este tipo de roca podía importarse
también desde Anatolia o el norte de África, en el caso de Pompeya al
menos se ha demostrado sobradamente que se traía el lapis specularis
desde Hispania. Los resultados de estos análisis podrían suponer un
respaldo fundamental para que las excavaciones en las minas romanas de
Cuenca recibieran una mayor atención, y financiación, por parte de las
autoridades españolas, así como para impulsar de forma definitiva su
candidatura como Patrimonio de la Humanidad, un título que sólo puede
otorgar la UNESCO.
Fuente: http://portalclasico.com
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