Torrrejoncillo del Rey,
celebra las fiestas de San Blas, con la recuperación de La Tarasca
gracias a la Asociación Cutural Alonso de Ojeda
Coincidiendo con Carnaval, la misma Asociación
convertirá el pueblo en el Viejo Oeste, y anima a la participación
de todos los que se quieran acercar
“ Si vas a Torrejoncillo a la
fiesta de San Blas…”
Sab.- 29 feb.
Así comienza el estribillo que desde hace mucho tiempo se oye cantar
en Torrejoncillo del Rey para celebrar la fiestas de su patrón San
Blas. Fiestas de las que tenemos noticias desde 1535, cuando se
eligió a San Blas como su patrón para interceder y sanar a los
niños que morían por una enfermedad que les producía unas secas
que los ahogaba. La fiesta que duraba 3 días, - todavía se dice
“San Blas y San Blasillo y, el tercer día,
su hermanillo” - eran las más populares de
Torrejoncillo, bailaban los tunos, hacía su aparición La Tarasca
y se acompañaba de una soldadesca-endiablada, con su Diablo Mayor,
hasta que fue prohibida en el año 1764 por el obispo de Cuenca. Sin
embargo, la fiesta siguió celebrándose y si bien la endiablada no
ha llegado a nuestros días, muchos recordamos de niños a La
Tarasca. Una representación de un animal fabuloso que pocas
poblaciones conservan, en su caso, relacionada con el Corpus, pero
que en Torrejoncillo salía el día de San Blas.
Después de misa, llegaba
La Tarasca. Según la tradición, aparecía en la mina romana de
specularis, -recientemente inaugurada para su visita- , que en el
pueblo es conocida como “La Mora Encantada” debido a la
particularidad de su hallazgo, tras el sueño de un vecino. Tras ser
domada, gracias a la intercesión de San Blas, era guiada por un
hombre montado en un borrico y recorría las calles del pueblo para
aterrorizar a los niños y no tan niños con su aspecto descomunal,
cuidando no te dieran una tarascá,
pero que no era sino la excusa para recitar unos versos donde se
contaban los sucesos y chascarrillos del pueblo que servían de
divertimento para la mayoría.
Este año, la recientemente creada Asociación Cultural
Alonso de Ojeda, que entre sus objetivos tiene el de conservar y
fomentar las fiestas tradicionales para preservar el acervo cultural
y popular de la localidad y consciente de que la conservación del
patrimonio cultural puede contribuir a frenar el declive de estas
pequeñas localidades, ha querido recuperar esta tradición tan
importante para el pueblo.
De esta forma, La Tarasca
vuelve a Torrejoncillo del Rey, este año trasladada al sábado, día
6, gracias al trabajo y tesón de los miembros de la Asociación,
sobre todo de Benjamín Matas, al que el pueblo reconoce y agradece
su esfuerzo, convenientemente renovada y dispuesta a recorrer las
calles del pueblo, donde podrá contemplar los cambios que se han
producido en la localidad desde que se fue, hará ya, treinta años.
Y donde los vecinos podrán escuchar sus impresiones.
Tampoco faltarán las
hogueras, tradición igualmente antiquísima donde los vecinos se
reunían a su alrededor para festejar y confraternizar y que,
afortunadamente, no han dejado de estar presentes en las plazas del
pueblo para las fiestas de San Blas. Hogueras a las que, libremente,
se une todo aquel que lo desee, esperando, alrededor del fuego, con
sus parrillas a disponer de unas ascuas en las que asar los
somarros, y compartir
una cena con todos los presentes. A pesar de las coplillas, que no
hacen gala de la generosidad de este pueblo.
“Si vas
a Torrejoncillo
a la
fiesta de San Blas,
echa pan
en el bolsillo
que si no,
no comerás”
CARNAVAL
Por otro lado, al
coincidir este sábado con el Carnaval, la Asociación Cultural
Alonso de Ojeda, no ha querido dejar de lado otra de las
celebraciones más arraigadas en el pueblo y que en los últimos años
estaba languideciendo.
Desde principios del s.XX
hasta 1.936, el Carnaval de Torrejoncillo, tenía fama en toda la
comarca por su brillantez, alegría y animación. Las comparsas eran
los elementos esenciales del carnaval torrejoncillero, que
acompañadas por charangas y música, desfilaban por las calles entre
la gente que se apiñaba para ver el desfile. Y como contribución
particular a los carnavales, era la aparición, invariablemente, año
tras año, de dos personajes peculiares “El Aliguí” y el “Rabo”
que servían de divertimento para los niños.
“¡Aliguí,
Aliguí!
Con la
mano no
con la
boca sí”
Ha sido una celebración
de carácter muy popular, con una amplia participación de los
vecinos, con otra particularidad, lo que en el pueblo siguen llamando
“las mascaritas”.
El objetivo era que una vez disfrazado los demás no te reconocieran.
Valía cualquier cosa, y con un antifaz o una careta se acercaba a
los demás vecinos y con voz de falsete y gran sentido del humor, se
decía “¿A que no me conoces?”
Con el fin de recuperar otra de las tradiciones a punto
de perderse, y conseguir
que los vecinos del pueblo tengan momentos
de distracción y ocio, que puedan compartir con otros vecinos, al
mismo tiempo que combatir el aislamiento social, la
Asociación ha organizado una carnaval temático, dedicado al Viejo
Oeste para animar a la participación de los torrejoncilleros, y no
torrejoncillleros.
La plaza del pueblo se ambientará para la ocasión,
conviviendo con La Tarasca, la cual podrá participar, si así lo
desea. Se realizará un pasacalles por las calles del pueblo en el
que desfilaran, indios, vaqueros, enterradores, barberos, chicas de
saloon, y todos aquellos personajes hasta donde la imaginación de
nuestros vecinos puedan llegar, así como la de todos aquellos
paisanos que quieran acercarse a compartir este día con los
torrejoncilleros.
También la Asociación de
Mujeres “La Mora Encantada” no ha querido dejar de contribuir, en
este día tan importante, en la celebración de la vuelta de La
Tarasca y el Carnaval, ofreciendo un “zurra-zarzaparilla”
a todos los asistentes.
Del mismo modo, el
Ayuntamiento de la localidad ha contratado una disco móvil para la
noche y así cerrar una jornada tan llena de actividades y
diversión.
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