Pedro Morales Cuenca, el vecino de Torrejoncillo del Rey que soñó un tesoro y durante casi cuatro meses se dedicó a buscarlo bajo tierra desembocando en el descubrimiento de la mina romana de "lapis specularis" del "Cerro de la Mora Encantada", recibió un multitudinario homenaje. Su nombre luce en una placa instalada en la bóveda central de esta mina romana, que tantos avatares y problemas le supuso allá por los años 50 cuando intentó hacer realidad el maravilloso sueño que tuvo. De esta manera, la asociación ecologista "La Atalaya", su familia, los artífices del proyecto arqueológico "Cien mil pasos alrededor de Segóbriga", la asociación cultural "Silvano" (Osa de la Vega), la Asociación Mineralógica y Paleontológica de España (AMYP) y Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero (SEDPGYM) quisieron que esta gesta de Pedro Morales Cuenca no cayera en el olvido de la historia. Algo que, a juicio de la familia Morales, "se ha conseguido, puesto que el homenaje fue todo un éxito, no sólo por el buen desarrollo de los actos sino también por la gran asistencia". En torno a 250 personas se dieron cita en este homenaje, entre las que se encontraban el delegado provincial de Educación y Cultura, Ángel Valiente; el presidente de la Asociación de Minerología y Paleontología de España (AMYP), José Manuel Sanchís; la directora del Instituto Tecnológico y Geominero de Madrid, Isabel Rábano; y el presidente de la SEDPGYM, Joseph Mata Perelló.
Acto que arrancó en torno a las 11,30 horas en la entrada de la mina de lapis specularis (espejuelo) con la intervención del nieto del homenajeado, José Morales, quien explicó el episodio de su abuelo en torno a ese sueño sobre un tesoro, mientras que el director del proyecto arqueológico "Cien mil pasos alrededor de Segóbriga", Juan Carlos Guisado di Monti, se encargó de dar a conocer el aspecto más técnico de la mina. A continuación, Luis Morales Martínez y Juan García, hijo y yerno del homenajeado (éste último intervino con él en las excavaciones en busca del famoso tesoro soñado), se encargaron de descubrir una placa conmemorativa de ese día colocada en la bóveda central de la mina. De esta manera, se procedió a realizar visitas guiadas por los distintos corredores de la mina, en grupos de 40 personas, pasando al final un total de cuatro. Para el nieto del homenajeado, "con estas visitas, se pudo comprobar las grandes posibilidades que ofrece esta mina, explotándola turísticamente y protegiéndola debidamente, lo que sin duda repercutiría no sólo en el patrimonio histórico de la provincia sino también en la economía de Torrejoncillo. No en vano, no hay que olvidar que es la única mina romana que tiene acceso a pie de calle, gracias al segundo túnel excavado por mi abuelo".
Concluidas estas visitas, los presentes se trasladaron hasta el salón del ayuntamiento, donde se instaló una exposición en torno a Pedro Morales Cuenca, Torrejoncillo del Rey y la minería romana. Muestra que incluía 50 fotografías antiguas de Torrejoncillo, así como vistas aéreas de la mina y de toda la zona. A ello, se sumaban piezas de lapis specularis de la mina del Cerro de la Mora Encantada, recortes de prensa de la época que recogían la noticia del descubrimiento, fotografías de Pedro Morales y utensilios utilizados en "esa búsqueda del tesoro".
Así, tras el vino de honor, los asistentes se desplazaron hasta el paraje de la ermita de la Virgen de Urbanos, donde pudieron degustar una exquisita paella.
Reconfortados con esta suculenta comida y recuperadas las fuerzas, la jornada de homenaje concluía con una visita al campamento militar romano de la "Muela del Pulpón", en el término municipal de Carrascosa del Campo.
Allí, los presentes quedaron maravillados con los restos del campamento, pero, más si cabe, con los cinco integrantes de la asociación de recreación histórica "Complvtvm", que, ataviados con reproducciones prácticamente exactas de los uniformes de los soldados de las distintas etapas romanas, explicaron cómo eran los ejércitos del Imperio, así como las funciones del campamento militar de la Muela del Pulpón. Todo ello, con una ambientación digna de mención, puesto que se acondicionó el campamento de tal manera que invitaba a los presentes a un viaje en el tiempo.
Al día siguiente, aquellas personas procedentes de Valencia, Madrid, Tarragona y Tortosa, que se habían desplazado hasta Torrejoncillo para asistir al homenaje, tuvieron la oportunidad de conocer más de cerca la antigua ciudad romana de Segóbriga, en el término municipal de Saelices. Llevaron a cabo un recorrido por todo el parque arqueológico, llegando a hacerse una idea del esplendor del Imperio Romano por tierras conquenses.
En definitiva, Pedro Morales Cuenca ha logrado con este homenaje salir del baúl del olvido para ocupar su lugar en la historia conquense, o al menos, en las páginas de la historia de su pueblo natal: Torrejoncillo del Rey.
Acto que arrancó en torno a las 11,30 horas en la entrada de la mina de lapis specularis (espejuelo) con la intervención del nieto del homenajeado, José Morales, quien explicó el episodio de su abuelo en torno a ese sueño sobre un tesoro, mientras que el director del proyecto arqueológico "Cien mil pasos alrededor de Segóbriga", Juan Carlos Guisado di Monti, se encargó de dar a conocer el aspecto más técnico de la mina. A continuación, Luis Morales Martínez y Juan García, hijo y yerno del homenajeado (éste último intervino con él en las excavaciones en busca del famoso tesoro soñado), se encargaron de descubrir una placa conmemorativa de ese día colocada en la bóveda central de la mina. De esta manera, se procedió a realizar visitas guiadas por los distintos corredores de la mina, en grupos de 40 personas, pasando al final un total de cuatro. Para el nieto del homenajeado, "con estas visitas, se pudo comprobar las grandes posibilidades que ofrece esta mina, explotándola turísticamente y protegiéndola debidamente, lo que sin duda repercutiría no sólo en el patrimonio histórico de la provincia sino también en la economía de Torrejoncillo. No en vano, no hay que olvidar que es la única mina romana que tiene acceso a pie de calle, gracias al segundo túnel excavado por mi abuelo".
Concluidas estas visitas, los presentes se trasladaron hasta el salón del ayuntamiento, donde se instaló una exposición en torno a Pedro Morales Cuenca, Torrejoncillo del Rey y la minería romana. Muestra que incluía 50 fotografías antiguas de Torrejoncillo, así como vistas aéreas de la mina y de toda la zona. A ello, se sumaban piezas de lapis specularis de la mina del Cerro de la Mora Encantada, recortes de prensa de la época que recogían la noticia del descubrimiento, fotografías de Pedro Morales y utensilios utilizados en "esa búsqueda del tesoro".
Así, tras el vino de honor, los asistentes se desplazaron hasta el paraje de la ermita de la Virgen de Urbanos, donde pudieron degustar una exquisita paella.
Reconfortados con esta suculenta comida y recuperadas las fuerzas, la jornada de homenaje concluía con una visita al campamento militar romano de la "Muela del Pulpón", en el término municipal de Carrascosa del Campo.
Allí, los presentes quedaron maravillados con los restos del campamento, pero, más si cabe, con los cinco integrantes de la asociación de recreación histórica "Complvtvm", que, ataviados con reproducciones prácticamente exactas de los uniformes de los soldados de las distintas etapas romanas, explicaron cómo eran los ejércitos del Imperio, así como las funciones del campamento militar de la Muela del Pulpón. Todo ello, con una ambientación digna de mención, puesto que se acondicionó el campamento de tal manera que invitaba a los presentes a un viaje en el tiempo.
Al día siguiente, aquellas personas procedentes de Valencia, Madrid, Tarragona y Tortosa, que se habían desplazado hasta Torrejoncillo para asistir al homenaje, tuvieron la oportunidad de conocer más de cerca la antigua ciudad romana de Segóbriga, en el término municipal de Saelices. Llevaron a cabo un recorrido por todo el parque arqueológico, llegando a hacerse una idea del esplendor del Imperio Romano por tierras conquenses.
En definitiva, Pedro Morales Cuenca ha logrado con este homenaje salir del baúl del olvido para ocupar su lugar en la historia conquense, o al menos, en las páginas de la historia de su pueblo natal: Torrejoncillo del Rey.
FUENTE : El Día de Cuenca. 12 de junio de 2003
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