lunes, 23 de noviembre de 2015

Recorte conquense: Conrado Ortiz


Hay un tipo de toreo especial al que su espectacularidad le hace único. Un arte que consiste en plantarse frente a un toro bravo en puntas, sin más herramienta que el propio cuerpo, la frialdad, la habilidad y la valentía necesaria para anticiparse al animal, citarlo, templar su embestida y recortarlo de la manera más sutil posible. Es el toreo a cuerpo limpio, la forma más ancestral y pura de enfrentarse al toro.
Cuenca es una provincia fecunda en lo que a recortadores se refiere y la afición a los mismos es enorme. Mucho ha tenido que ver en ello el empuje hace unos años del que fuera la gran figura de este mundo, Rubén Palomino. De esta forma, los concursos que se organizan en la capital con motivo de la Feria de San Julián congregan a una gran cantidad de gente en los tendidos. Pero es que además cada vez hay más pueblos en los que se programan este tipo de festejos. Por ello, hay que destacar su importancia y saber ponerlos en valor, en tanto y cuanto son vivero de posibles nuevos aficionados a la Tauromaquia. Es más, cuentan con una gran afición que admira y valora lo que estos toreros son capaces de hacer en la cara del toro.
El principal referente del recorte conquense en la actualidad es Conrado Ortiz, natural de Torrejoncillo del Rey, que desde que empezara a recortar en 2004 siguiendo la afición de su abuelo y de su padre, ha cosechado importantes triunfos. Valencia, Castellón y Zaragoza le han visto coronarse como el mejor, pero especialmente Cuenca, donde ha ganado tres concursos en los últimos años. Conra destaca que lo más importante es la preparación psicológica, «pues si la cabeza te funciona, te deja estar en la plaza como tú quieres». Eso sí, no hay que olvidar tampoco la preparación física, ya que hay que estar preparado para la exigencia a la que te obliga el toro. Por eso él, como el resto, corre a menudo y entrena con regularidad con el carretón para dar lo mejor de sí.
Para Héctor Donate, este mundo debería estar «mucho mejor valorado», y es que pone el ejemplo del último Campeonato de España de Zaragoza, «en el que la plaza estuvo hasta arriba, pero la cantidad que te dan por participar es irrisoria». Para él jugarse la vida de esta forma debería tener una recompensa mayor, y es que «hasta que no ocurra una desgracia, no se va a valorar lo que hacemos como realmente merece». Por eso, sentencia, «esto lo hacemos por pura afición y por la satisfacción que sentimos».
En una línea muy parecida camina Álvaro Arcos, de Montalbo, sobre todo en lo que le lleva a dedicarse a esto, que es afición y pasión. Asimismo, hace hincapié en el buen aspecto que presentan las plazas de toros cuando albergan espectáculos de recortadores. «Lo más bonito es ver a tanta gente disfrutar con lo que hacemos, porque creo que ellos sí que valoran lo que estamos dispuestos a hacer y así nos lo transmiten», comenta.
Esa pasión y esa afición que transmite el público a los recortadores es la que lleva a estos héroes del toreo sin herramientas a poner su vida a disposición de un animal. «Si no tuviéramos el amor que tenemos por ello, no lo haríamos», reconoce Jonathan Mingo. Y es que, continúa, «lo que a mí me da el toro, no me lo da nada en esta vida; la sensación de ponerse delante de él a cuerpo limpio no se puede explicar con palabras». Semejante punto de vista tiene David Pardo, que comenta que «poder recortar al toro es mi vida y no podría vivir sin ello». Como el resto de sus compañeros, cree que merecen más reconocimiento y estar mejor considerados económicamente.

Fuente: www.porelpitonderecho.com


2 comentarios:

  1. Animo Conra todos tus paisanos estamos orgullosos y te animamos a que sigas asi

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  2. Animo Conra todos tus paisanos estamos orgullosos y te animamos a que sigas asi

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