viernes, 13 de febrero de 2015

La caída de un avión militar en Huete y la explosión de una bomba en Bonilla, mayores catástrofes documentadas entre 1.880 y 1980

Noticias del pasado.

 Gracias a nuestros amigos de alcarriaesmas.com, os ponemos un suceso acaecido en nuestra comarca y del que pocos teniamos noticias.

El concejal de Cultura optense, Manuel Olarte, ha realizado una investigación sobre estas tragedias

Catástrofes Huete
Redacción*
Las catástrofes o “desastres inesperados” marcan la historia de las localidades al alterar el estado natural de las cosas y la rutina diaria de sus vecinos. El concejal de Cultura de Huete, Manuel Olarte, ha realizado un prolijo trabajo de investigación en archivos, actas municipales, hemerotecas y fuentes orales —“tremendamente útiles”— para dar a conocer las desgracias ocurridas en esta localidad y la comarca entre 1.880 y 1.980

Como explicó durante la exposición de este trabajo en la ciudad, Olarte ha escogido este periodo de 100 años para empezar por la tragedia más grande que ha sufrido Huete, el llamado "incendio del registro" del 30 de octubre de 1884 en la calle de la Solana y porque es el periodo del que existe más información escrita. Además, considera que ha transcurrido el suficiente tiempo para que las heridas personales hayan cicatrizado. 

Presentación en Huete de la investigación de Manuel Olarte sobre 'Catástrofes optenses y de la comarca'.
Gracias a la documentación que nos ha proporcionado en exclusiva, podemos ofreceros un resumen de estos acontecimientos que aún recuerdan muchos habitantes y que tuvieron una gran repercusión mediática.

‘El día de la Tormenta’: un avión militar iraní se estrella entre Huete y Vellisca

El 9 de mayo de 1976, pasadas las cuatro de la tarde, algunos optenses que están disfrutando de las fiestas de San Juanillo observan un enorme avión que vuela extremadamente bajo con el ala izquierda en llamas y sortea a duras penas el cerro del Castillo. A los pocos segundos escuchan una fuerte explosión que proviene de la carretera de Vellisca, del paraje denominado 'Los Pajares', donde el espectáculo que encuentran es “dantesco”: llamas, olor a queroseno y piel quemada y piezas del avión esparcidas en un radio de tres kilómetros. El suceso fue bautizado como ‘El día de la tormenta’. Los tractores de Huete y Vellisca colaboran en las tareas de limpieza para intentar encontrar a la tripulación y pasajeros de un aparato que no llevaba distintivo alguno, salvo la matrícula y la bandera iraní.
Se trataba de un 747-131F, conocido popularmente como ‘Jumbo’, destinado al transporte militar —se especuló con la posibilidad de que su objetivo fuera cargar armas—, que había despegado en el aeropuerto de Merhabad (Teherán) con 10 tripulantes y siete pasajeros —nueve americanos y ocho iraníes, entre ellos tres mujeres, según las actas de defunción del Registro Civil de Huete —, con el plan de hacer escala en Barajas para repostar y continuar hasta la base de McGuire en New Jersey (USA)

Bonilla

Información publicada por 'La Vanguardia' el 11 de mayo de 1976.
Algunos de los primeros testigos, que se encontraban al sur de Valdemoro del Rey y en la senda del avión hasta Huete, afirman haber visto estrellarse un rayo contra el avión, mientras que otros aseguran que ardía en vuelo uno de los motores izquierdos o que el avión volaba entrando y saliendo de las nubes.
Según el informe oficial de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte, que vio la luz dos años después, la causa del accidente fue el impacto de un rayo que inflamó el combustible e hizo estallar el ala izquierda del aparato, dejándolo ingobernable y provocando su caída a una altura aproximada de unos 1.800 metros. Una catástrofe inevitable de la que se hicieron eco todos los medios de comunicación nacionales. La propietaria del avión (IIAF, Imperial Iranian Air Force) tuvo que indemnizar a los propietarios de las tierras donde ocurrió el siniestro, al parecer sembradas de girasoles en aquella primavera. 

Explosión accidental de una bomba en Bonilla durante el día del Santo Ángel.

El 1 de marzo de 1937 no es un día más en Bonilla, es el día en que celebra el Santo Ángel. España está en plena Guerra Civil por lo que la localidad está acostumbrada al paso de aviones de guerra, sobre todo bombarderos. Un vecino que pasea por el monte conocido como ‘El Cerrajón’ encuentra un objeto metálico de algo más de un metro y decide bajarlo al pueblo pese a que el pastor que se encuentra por el camino le advierte de que es una bomba. Lo deposita en la plaza y uno de los habitantes que se acerca a observarlo hurga con una vara o garrote y activa la espoleta, causando una explosión cuya metralla alcanza a todos los que se encuentran en los alrededores dejando nueve cadáveres y varios heridos.

Fuente: http://alcarriaesmas.com/

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