jueves, 31 de enero de 2013

Tarasca parte 2

En Toledo, este monstruo tiene “cuerpo de galápago, alas de vampiro y cabeza de serpiente, que desprende humo por la nariz”. Rodriguez Bausá, en su "Toledo insólito" afiirma que “desconocemos cuando apareció por vez primera este monstruo en la procesión, porque lo que parece claro es que, cuando el Papa Urbano IV promulga la Bula Transiturus, por la que se instituye la fiesta del Corpus, no existía en Toledo esta imagen."

Según Caro Baroja la tarasca representa la herejía vencida por la fe (…), siendo como una bestia del Apocalipsis con Ana Bolena en forma de muñeca inquieta montada encima, por ser esta mujer impulsora del cisma anglicano entre Enrique VIII y los católicos. A esta figura se la conoce como “tarasquilla”,  y es una clara alusión a sentimientos que deben ser desechados como la avaricia y el orgullo.

“Me han hablado de otra máquina espantable que rueda ese día; la llaman la Tarasca, del nombre de un bosque que dicen haber habido en otro tiempo en Provenza, en el lugar donde está frente por frente a Beaucaire, a orillas del Ródano, la ciudad de Tarascón. Sostienen que era tan enemiga del género humano como la que sedujo a nuestros primeros padres en el Paraíso Terrenal, a la que los antiguos llamaron Behemont. Cuenta que Santa Marta la venció, sujetándola con su cinturón, por las oraciones continuas que para ello dirigió a Dios”.
Carlos Pascual, en su magnífica “Guía Secreta de Toledo” (Al-Borak, 1976), afirma que “hasta no hace muchos años había una señora que mostraba la Tarasca en la Catedral, donde se guardaba hasta hace no mucho. Estaba encerrada en una habitación con los gigantes y cabezudos. El monstruo, sigue Pascual, desfilaba durante la procesión del Corpus asustando a los chicos y divirtiendo a los grandes. Mediante un resorte, abría sus fauces y agitaba la cabeza, mientras en su lomo rugoso giraba una muñeca desmelenada que la gente llamaba Ana Bolena. Un viajero francés del XVII, A. Brunel, la escribir sobre los muñecos y monstruos que desfilaban en los cortejos religiosos en España, decía del de Toledo:
La Tarasca y el gigantón del Cid, en los años 20.Narra también la tradición que cuando los labradores veían este monstruo intentaban a los que la llevaban quitarles la caperuza, de ahí que se acuñara el calificativo de “Tragacaperuzas”.

Hace ya muchos años la Tarasca ocupaba un puesto destacado en el cortejo procesional, ya que lo encabezaba, despertando sentimientos de terror a los asistentes. En el siglo XVIII la Tarasca dejó de desfilar, prohibida, pero poco tiempo después volvió de nuevo a lucir su repugnante cuerpo durante el Corpus.

Hace algunos años tampoco desfilaba, debido a su mal estado de conservación. Fue el consistorio el que se decidió a recuperar esta curiosa tradición creando una copia, que hace pocas semanas se ha restaurado, junto con sus compañeros de desfile. El día 22 de junio de 2011, a las 19.30 horas asistimos de nuevo a su desfile por las calles toledanas, haciendo el recorrido de la procesión, eso sí, un día antes.
Fuente: www.leyendasdetoledo.com

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