Una sentencia emitida en 2018 por el TSJM concluía que quedaba "acreditado" que las aguas del municipio estaban contaminadas por purines y estiércol
Entre los motivos que han dado lugar a este marco regulatorio se encuentran la incidencia que los cambios en los sistemas de producción agropecuarios han manifestado en el medio ambiente y en la salud y calidad de vida de las personas dado el aumento en los volúmenes de estos residuos por unidad de superficie. Un impacto que quedaba patente el pasado mes de enero, cuando Torrejoncillo del Rey registraba el nivel más alto de España de contaminación del agua por nitratos con valor de 493 mg/l, una cifra muy superior a los 50 mg/l recomendados para el consumo de agua potable.
Aunque, la ONG Ecologistas en Acción rectificó unas semanas más tarde alegando que el valor rectificado doce días después del primer análisis quedó desechado con el resto de errores que no superaban niveles peligrosos, «ya que nos interesan los otros, los que los superan y ponen en riesgo la salud de la gente». Los vecinos de la comarca sí que salieron a alzar las voz unos meses más tarde, concretamente en abril, para mostrar su repulsa a la reactivación de las macrogranjas tras vencer la moratoria que impedía construirlas o ampliarlas en Castilla-La Mancha. En este sentido, solo en la Alcarria conquense son 12 los proyectos que podrían reactivarse, 11 de nueva construcción y 1 ampliación. Estas macrogranjas se ubicarían en los pueblos de Gascueña, Huete, Portalrubio de Guadamejud, Villaconejos de Trabaque, Bólliga, La Ventosa, Priego y Villar de Domingo García.
El impacto social y ambiental de las macrogranjas
De construirse y ampliarse, cada año estas macrogranjas consumirían unos 252 millones de litros de agua al año y que generarían 134 millones de litros de purín anualmente (equivalente a 40 piscinas olímpicas). El purín es un material orgánico compuesto por las deyecciones de los cerdos, restos de comida y agua de lavado, así como diversos residuos orgánicos procedentes de estas explotaciones. El purín supone un riesgo de contaminación por nitratos de las aguas subterráneas, lo que afectaría al abastecimiento público.
Estos niveles de contaminación no son algo nuevo pues entre 2016 y 2024, 32 pueblos de la provincia de Cuenca han superado en algún momento el nivel permitido de nitratos en su agua de grifo (50 miligramos por litro), según las analíticas reportadas al Ministerio de Sanidad. En Torrejoncillo del Rey una sentencia de 2018 el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha afirmaba que «queda suficientemente acreditado por los informes de la Consejería de Sanidad que las aguas de consumo público de Torrejoncillo del Rey están contaminadas por los nitratos procedentes de los purines y estiércol originados por las granjas de cerdos y vacas, no siendo aptas para el consumo humano”.
Otro de los grandes conflictos que generan las macrogranjas está relacionado con su ubicación, pues se encuentran situadas muy cerca de puntos de atracción turística como son el yacimiento romano de Noheda y el embalse de Buendía. Por otra parte, el elevado número de cerdos que supondría la construcción de estas instalaciones, 78.000 cabezas porcinas, en comparación a los 8.447 habitantes que tiene la Alcarria según datos del Instituto Nacional de Estadística, supondrían 9 cerdos por persona.
Fuente: www.vocesdecuenca.com
A todo el que lo lea que no os engañen !!! Esta ordenanza no vale para nada , la contaminación olores y moscas provienen del término de huerta de la obispalia y en el término de torrejoncillo del rey no vierten nada
ResponderEliminarQue digan polígonos y parcelas del término de torrejoncillo del rey donde están echando purines los de las granjas de Huerta.
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