El cultivo, cosecha y almacenamiento adecuado del ajo te permiten disfrutarlo fundamental sin necesidad de comprarlo, asegurando su disponibilidad durante todo el año.
La Cosecha y conservación del Ajo: Una guía práctica
¿Por Qué Cultivar Ajo?
Cultivar ajo en casa es una práctica que aporta numerosos beneficios. Además de ofrecer seguridad alimentaria, el cultivo de ajo es una actividad sencilla y entretenida, ideal para quienes disfrutan de la cocina casera. Saber el origen de tus alimentos es gratificante y el ajo, que requiere poco mantenimiento y espacio, es un excelente punto de partida.
Aspectos clave para el cultivo del ajo
El ajo se destaca por su resistencia y poca necesidad de agua. Es recomendable plantarlo en filas ordenadas y cubrirlo con una capa de mantillo para retener la humedad del suelo. Necesita un mínimo de 6-8 horas de sol al día y suelo bien drenado para evitar enfermedades. Puedes cultivar una cantidad significativa de ajo en un espacio muy pequeño.
En sólo nueve meses, el ajo crecerá, en su mayor parte por sí solo. Lo único que realmente tienes que hacer es mantenerlo libre de malas hierbas. Eso debería ser bastante fácil.
El ajo también se puede plantar en macetas, aquí te enseñamos cómo.
Existen más de 300 variedades de ajo cultivadas en todo el mundo. Elige la variedad que más se ajuste a tu situación personal.
Momento óptimo para la cosecha
Para una cosecha exitosa, es crucial reconocer el momento adecuado. Cuando las hojas inferiores del tallo del ajo comiencen a tornarse marrones, se abre una ventana de aproximadamente dos semanas para la cosecha. Una prueba útil es desenterrar un bulbo para evaluar su desarrollo.
Técnicas de cosecha
Los pasos para cosechar el ajo incluyen detener el riego, para reducir la humedad y el riesgo de hongos, y extraer cuidadosamente los bulbos del suelo, evitando dañarlos.
Cava el ajo con cuidado. Yendo fila por fila, afloje la tierra con una pala o un tenedor, manteniéndose lo suficientemente alejado de los bulbos.
Luego, se deben secar los bulbos al aire libre por uno o dos días antes de curarlos. Todo lo que se necesita para secar el exceso de tierra es uno o dos días, en un área exterior apartada que reciba flujo de aire, además de sombra y sol. Está listo para curar cuando la suciedad se puede quitar fácilmente con la mano.
Conservación y almacenamiento del ajo
El curado del ajo, esencial para su conservación, se realiza colocándolo al aire libre en un lugar seco y fuera de la luz solar directa.
El ajo se puede curar en capas individuales sobre una hoja de malla de alambre o en una rejilla para secar, o trenzando los tallos y colgándolos hasta que se seque.
El ajo se cura cuando la piel se vuelve parecida al papel y cuando los tallos verdes se vuelven completamente marrones. En esencia, se parece a lo que se compra en el mercado o en la tienda. Luego, se limpian los bulbos y se almacenan en lugares secos, evitando el refrigerador. El ajo tarda un mínimo de dos semanas, hasta un mes o más, en curarse adecuadamente para su almacenamiento.
Una vez que los bulbos de ajo estén completamente secos, ahora puedes guardarlos en cestas o bolsas de tela.
Lo más importante es que dejes las cabezas enteras, hasta que las necesites para cocinar. Tan pronto como empieces a quitar los dientes, asegúrate de comértelos rápido, teniendo en cuenta que la luz y la humedad son dos cosas que no le gustan al ajo.
Evite guardar el ajo en el frigorífico, ya que los dientes pueden empezar a germinar al cabo de unos días.
Si vives en un ambiente cálido, es posible que el ajo también empiece a brotar, mucho más temprano que tarde.
El ajo también se puede almacenar en trenzas y luego colgarlo en una despensa o armario oscuro durante varios meses. El ajo bien curado debe almacenarse durante 6 a 8 meses, incluso más.
Además de su uso tradicional en la cocina, el ajo puede transformarse en polvo o conservarse en vinagre, ofreciendo así opciones variadas para su uso culinario y conservación a largo plazo.
Fuente: ecoinventos.com
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