viernes, 23 de octubre de 2020

Campos de veza para recuperar las aves esteparias de Madrid

 Hoy os presentamos esta magnifica iniciativa que han realizado en Madrid y que nos gustaría que se extendiera a más regiones, especialmente a la nuestra donde tenemos un reservorio de especies esteparias volando por nuestros campos y que con la próxima instalación de cientos de ha de placas fotovoltaicas peligrara su habitat, esperemos que primen más los valores naturales que el dinero en el desarrollo de estas plantas fotovoltaicas y reconsideren su instalación en zonas con menos biodiversidad.


Camina elegante, luciendo su gran porte, entre los verdes y dorados reflejos de la veza. La más voluminosa de las especies de la avifauna ibérica, la avutarda (Otis tarda), vuelve a despuntar entre los campos de cereal de la Comunidad de Madrid gracias a este grano de forraje y a la colaboración de agricultores y propietarios que han accedido a sembrar sus campos con él. Un gesto trascendental para recuperar, poco a poco, las especies esteparias de la región -como el sisón (Tetrax tetrax)-, que Medio Ambiente celebró el pasado fin de semana con motivo del Día Mundial de las Aves. Una cita en la que la Dirección General de Biodiversidad y Recursos Naturales festejó también los «excelentes» resultados reproductivos del águila imperial (Aquila adalberti), que como ya informó ABC el pasado mes de febrero, ha alcanzado este año el récord de 73 parejas en territorio madrileño. En este caso, la redistribución de la población de conejos, entre otras estrategias, ha favorecido el campeo y la reproducción de este ave aún en peligro de extinción, también en estas zonas de siembra.

 

Medio Ambiente mejora el hábitat de avutardas y sisones en los campos de cereal de la Comunidad y celebra la reproducción de sesenta parejas de águila imperial

El plan ha dado sus frutos justo un año después de que la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad, entregara 3.000 kilos de semilla de veza a agricultores y propietarios de 14 parcelas distribuidas por los municipios de Batres, Moraleja de Enmedio y Serranillos del Valle. El grano, que no se recolecta, ha crecido sobre 24 hectáreas de tierra destinadas a servir de alimento a las aves. Asimismo, la altura de los tallos de la planta proporciona a avutardas y sisones el lugar idóneo para protegerse durante las épocas de cría de depredadores mayores que habitan en ese entorno. «De forma paralela, la siembra de la veza favorece también a otras especies asociadas de aves protegidas, como el cernícalo y el alcaraván, y a otras aves rapaces protegidas que se benefician indirectamente por el aumento de presas como los conejos y las liebres», explican desde la consejería.

«El objetivo de estos cultivos ha sido fijar la población de aves esteparias y ofrecerles áreas de tranquilidad y refugio durante la época de anidación. Este proyecto tiene la particularidad de ser abierto y participativo, sumando activamente a los agricultores y a los propietarios de los terrenos sobre los que se realizan las actuaciones para preservar los ecosistemas tradicionales agrarios», explicó a este diario el director general de Biodiversidad y Recursos Naturales, Luis del Olmo, durante la suelta de tres alcaravanes (Burhinus oedicnemus) y dos cernícalos (Falco tinnunculus) del Centro de Recuperación de Animales Salvajes (CRAS) en el entorno del Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama, la pasada semana.

Los expertos inciden en que la protección de la riqueza y diversidad de especies que pueblan el territorio madrileño está profundamente relacionado con un desarrollo rural sostenible. El abandono de los cultivos tradicionales, cerealísticos por ejemplo, ha afectado a las poblaciones de aves esteparias que, ahora, vuelven a convivir con las actividades agrarias. Sin el compromiso de los agricultores, este ambicioso proyecto de recuperación no habría sido posible.

Los esfuerzos del Ejecutivo regional se centran, específicamente, en zonas sensibles como las vegas cerealistas de los ríos Jarama y Henares; los carrizales y sotos de Aranjuez; y los cortados y cantiles del Manzanares y del mencionado Jarama.

El ambicioso proyecto ha sido posible gracias al compromiso y esfuerzo de los agricultores

Ayudas para agricultores

Este proyecto está integrado en los planes para el fomento de la agricultura compatible con la conservación de las aves esteparias de la Red Natura 2000. «Como herramienta para lograrlo, el Ejecutivo regional, a través del Plan de Desarrollo Rural 2014-2020, ofrece a los agricultores ayudas con el fin de compatibilizar las explotaciones agrícolas en las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) que acogen poblaciones significativas de este tipo de aves», señalan desde Medio Ambiente. El compromiso de los propietarios de las tierras que acceden a colaborar es de cinco años. Durante ese periodo, los agricultores han de aplicar a sus campos técnicas tradicionales como el barbecho. «De este modo, se provee de alimento a las aves en las estaciones de otoño e invierno». Una práctica que se combina con el «barbecho semillado», que prolonga el alimento de calidad hasta la primavera. Paralelamente, los técnicos pueden pedir retirar la producción en algunas zonas específicas para proporcionar a las aves sustento, refugio y zonas de nidificación. En el caso de los machos de avutarda, el cultivo de girasol ha demostrado ser muy efectivo para darles refugio y sombra en verano por su gran tamaño -pueden llegar a pesar hasta 18 kilos-. Por último, todas estas medidas no servirían de nada sin la concienciación de los productores de cereal que, en los últimos años, han asumido retrasar la recolección del cereal para evitar matar con las cosechadoras a los pollos de especies de nidificación tardía y a los que cuesta más echar a volar.

Madrid vive además, este 2020, una situación coyuntural para sus campos y montes derivada del Covid-19 que ha favorecido significativamente a su fauna. «La presencia humana se ha reducido, lo que ha hecho que los animales se encuentren más tranquilos y confiados», explican. «Este hecho, junto con las abundantes lluvias de esta pasada primavera y las temperaturas suaves, han dado como resultado, por ejemplo, un buen éxito reproductor de las águilas madrileñas», destacan desde la consejería que dirige Paloma Martín. Los ejemplares de la emblemática imperial y la poderosa real (Aquila chrysaetos) son dos ejemplos de éxito para los planes de recuperación de aves en peligro de extinción de la Comunidad de Madrid con 73 y 33 parejas reproductivas, respectivamente.

Las primeras se extienden ya por 58 zonas de la región y, de ellas, 60 han iniciado la cría. «Solo seis han perdido la puesta o los pollos por diferentes motivos relacionados con la climatología», informan. Las segundas mantiene un elevado éxito reproductor en 28 parejas repartidas por los 34 territorios históricos donde habita esta especie en Madrid. «En este caso, se han contabilizado un total de 18 pollos nacidos (cinco más que el año pasado) y con una pérdida de seis ejemplares (siete menos que en 2019). Además, este año se ha constatado la formación de dos parejas más», destacan.

Cinco parejas de cigüeñas

Un ejemplar de cigüeña negra
Un ejemplar de cigüeña negra

La presencia de buitre negro (Aegypius monachus) en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama también ha mejorado. «Cabe destacar que en la ZEPA del Alto Lozoya en 2020 se han localizado 151 parejas, de las que 142 han iniciado la incubación. De estas, han fracasado 50 y 92 tienen al menos un pollo. Mientras, en la cara sur del parque han anidado otras 20 parejas que han realizado 19 puestas. De estas han salido adelante 11 pollos», documentan desde Medio Ambiente. Menos numerosas son las parejas de cigüeñas negras (Ciconia nigra), una de las más amenazadas en la Comunidad.

Los agentes forestales tienen localizadas a una que habita en la Sierra Norte y otras cuatro que viven en la Zona de Especial Conservación (ZEC) «Cuencas de los ríos Alberche y Cofio». A tres de los últimos pollos nacidos con éxito se les colocó un transmisor alimentado por energía solar y de muy pequeño tamaño que ofrece información en tiempo real sobre la situación de las cigüeñas. «Desde si tienen o no las patas en el agua, hasta si están paradas o duermen», explican.

Este sistema permite a los técnicos de Medio Ambiente y a los investigadores analizar el comportamiento de esta especie tan emblemática, además de poder seguir la ruta migratoria cuando salen o vuelven a Madrid. 

 Fuente: https://www.abc.es/

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