martes, 24 de marzo de 2020

PECHEROS DE TORREJONCILLO DEL REY

Por Carlos Cuenca Arroyo.
A través del perfil de facebook de la Fundación Huete Futuro, he tenido conocimiento de la publicación del Instituto Nacional de Estadística (INE) del “Censo de Pecheros del Emperador Carlos I, de 1528”:
En la introducción de esta interesante publicación en dos tomos del INE, editada en 2008, podemos leer: El emperador Carlos I decidió que se revisasen los padrones de pecheros, es decir de los vecinos obligados a atender los “Servicios de Su Majestad”, que eran impuestos aprobados por las Cortes de los que estaban exentos la Nobleza y la Iglesia. Para ello ordenó que dos comisionados por Intendencia (Zonas geográficas equivalentes a las actuales provincias) recorrieran los pueblos revisando el número de pecheros, anotando las cantidades que pagaban, estableciendo cuánto debían pagar e informando sobre la riqueza de cada lugar para fundamentar con equidad las “cáñamas” o contribución correspondiente a cada pueblo. La recopilación duró casi ocho años pero los datos se refieren a los pagos realizados en los años 1527 y 1528. En el año 1541 se estableció un nuevo “Servicio extraordinario”, lo que exigió una revisión del Censo. El conjunto de todos estos datos se encuentra reunido en un legajo que se conserva en el Archivo de Simancas con la signatura “Contadurías Generales núm. 768”.

Carlos V en la Batalla de Mühlberg. 1548. Tiziano. Museo del Prado

Como sabemos (blog torrejoncilleros del 03/01/2018), podemos tener a gala que el Emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Germánico, camino de Valencia, y llegado desde Albalate de Zorita, donde la jornada anterior la había pasado adorando devotamente la magnífica Santa Cruz, románica y milagrosa, de este pueblo alcarreño, como narra en una bonita historia para el ABC el escritor y periodista guadalajareño J. Gil Montero (1898 – 1967), pasó por Torrejoncillo del Rey y pernoctó en el pueblo, casualmente en abril de ese año de 1528. Sería interesante saber en qué casa o posada pasaría la noche, la familia que le agasajó, su cena o desayuno antes de continuar viaje, si se interesaría por alguna cuestión de aquí…


 

Pero a lo que vamos, que me disperso, y hablaba de pecheros. Pechero viene de pecho o pecha, y comenzó a usarse en la Baja Edad Media para referirse a los tributos o la renta. En el Antiguo Régimen, los pecheros eran los miembros del tercer estamento dentro de la pirámide feudal, que distinguía grupos sociales establecidos por la sangre, y que se dividían entre estamentos privilegiados (nobleza, caballeros y clero) en el 1º y 2º estamento, y los no privilegiados que eran los campesinos o villanos y siervos
 España estaba divida, a tal efecto de este “Censo de Pecheros del Emperador Carlos I, de 1528”, en Intendencias, que como indica la introducción del libro equivaldrían a la actual división política de España por provincias, en concreto 36 Intendencias, donde la localidad de Huete encabezaba una de ellas, la número 16, con 88 vecindarios, que en su extensión por número de vecindarios en esta división territorial era superior incluso a su tierra, que contaba con 60 núcleos. En esta intendencia de Huete y dentro de lo que entiendo sería su Alfoz, evidentemente se encontraba Torrejoncillo del Rey.

En los datos que incluye este trabajo del INE, muy ilustrado y con profusión de tablas, en los referidos a Huete, su “tierra” y resto de vecindarios de la Intendencia (páginas de 291 a 298, Tomo I), podemos comprobar cómo en 1528 Torrejoncillo contaba con un padrón de 278 pecheros del total de 7.478 -entre los que no se encontraban por tanto “la Nobleza y la Iglesia”-; es decir antepasados contribuyentes a los Servicios de su Majestad el Emperador Carlos I, quien una noche de abril de ese año, camino de Valencia, la pasaría entre ellos.
En el trabajo también se establecen las “cáñamas” o contribución correspondiente a cada pueblo, y así en la tabla resumen de Intendencias (pág. XX, Tomo I) la contribución asignada a la de Huete era de 1.085.340 maravedís, lo que correspondía una repartición de 145,10 mrvs. por vecino en este territorio nuestro. Lo de pagar impuestos por las clases medias se ve que viene de largo. El maravedí era una antigua moneda española, de diferentes valores, algunas veces incluso imaginaria, y empleada también como unidad de cuenta hasta el siglo XIX. Según las últimas fichas socio-económicas del Consejo General de Economistas, que también han sido expuestas en torrejoncilleros (entrada de 13/03/2020) la recaudación en 2016 por habitante en Torrejoncillo, casi cinco siglos después, es de 475,14€.


Pero continuando en rápido vistazo a la tabla de este trabajo del INE donde relaciona la Intendencia de Huete, que contaba como digo con 88 vecindarios, me llama la atención que después de la localidad de Pareja de la Guadalajara alcarreña con 350 pecheros censados, Villarejo de Fuentes ya en la actual provincia de Cuenca con 313, y nuestra vecina Carrascosa del Campo con 298, Torrejoncillo del Rey era el cuarto municipio con mayor número de contribuyentes de esta lista, si excluimos a Huete “ciudad” con 838 pecheros; lo que nos puede dar una idea de la relevancia de nuestro municipio -así, la pernocta del Emperador quizás no fuese casual- no sólo dentro del Alfoz de Huete donde estamos en 2º lugar con un 5,2% del total de 5.342 vecinos que pechaban, sino de la propia Intendencia de pecheros de España n.º 16 donde representaba el 3,7% del total de contribuyentes, lo que equivaldría a una aportación en impuestos de 40.158 maravedís.

Siempre el orgullo patrio local nos lleva a creernos que nuestro pueblo es o ha sido importante, cuándo no el más importante si uno se sitúa en posiciones localistas extremas; pero de vez en cuando tirando de viejos manuscritos, hechos bizarros, ilustres antepasados, acontecimientos cotidianos de sus gentes…, o una simple estadística de impuestos y contribuyentes, no viene mal para la autoestima colectiva comprobar, no sólo por este amor a nuestro pueblo o por el culto al imaginario mitológico, la relevancia de Torrejoncillo del Rey y su grande historia, a pesar de las muchas miserias que en su correr de los siglos se habrán producido, y los muchos impuestos seguro pagados en ocasiones malgastados.
Ahora bien, es evidente que un pueblo no puede vivir permanentemente de la añoranza de la grandeza más o menos relevante de su pasado -cuando no, alimentándose únicamente de sus debilidades-; creo que eso es nostalgia -o pesimismo paralizador-, que como sabemos sólo nos puede llevar a la melancolía permanente, a la depresión: qué es sino la despoblación que nos asola que el abandono del pundonor colectivo de una intendencia.
Sólo desde el trabajo altruista y desinteresado lejos del interés particularista, el entusiasta emprendimiento y la empresa productiva manteniendo a raya el letargo, el virtuosismo de sus próceres y su dedicación al bien común frente a la mediocridad y estulticia, el mantenimiento y respeto de nuestras costumbres y tradiciones, el cuidado y defensa del patrimonio..., sólo así se puede continuar añadiendo al imaginario torrejoncillero relevantes elementos que nos hagan sentir orgullosos del currículum de Torrejoncillo del Rey, continuar perpetuando y sosteniendo –cuando no engrandecer- su historia y la de su territorio.
La atonía contaminante, la pérdida de ilusión, no pueden empañar la herencia recibida y abandonarla a su suerte, al albur de los actuales acontecimientos tan desazonadores, y relegarla a los archivos históricos en viejas estanterías o modernas nubes virtuales; por esto habrá que apelar al pundonor de las sociedades inferiores, colectivas, y sólo así podremos alimentar el orgullo por Torrejoncillo del Rey, y contribuir a legar a nuestros descendientes su relevante y grande historia aldeana, viva e ilusionante. Eso sí, a pesar de los tributos, otrora maravedís, ora euros, como ya en 1528 nuestro emperador Carlos I exigía a los pecheros de Torrejoncillo del Rey, con quien una noche primaveral del mes de abril compartió cama.


En Torrejoncillo del Rey (Cuenca), en el día del padre, san José de 2020
Carlos Cuenca Arroyo
Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Torrejoncillo del Rey






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