lunes, 25 de febrero de 2019

La España rural se desangra: la despoblación se ceba con las zonas sin regadío

Hoy os ponemos un artículo sobre la despoblación en España, y por qué es importante el agua de riego para el mantenimiento de la población, y nos preguntamos ¿como es posible que veamos pasar el agua de nuestra región por nuestros campos y no podamos usarla?. Cuando hablan de solidaridad entre regiones, poco se dice del esquilme de recursos de unos para enriquecer a otros, y como se aprovechan de las regiones con cada vez menos población, para usarlas como vertedero de lo que no quieren otros, y el "robo" de recursos públicos para beneficios privados.


La España rural se desangra. La desaparición de pueblos se ha agravado durante la última década, hasta el punto que desde numerosos sectores sociales y organismos públicos han levantando la voz de alarma pidiendo medidas de choque urgentes para dar el vuelco a la situación.


La brecha poblacional, calificada ya como un auténtico "problema de Estado" en nuestro país, incide directamente en la actividad agrícola, cada vez con más dificultades para asegurar el relevo generacional por el éxodo de los jóvenes a las grandes urbes. Aunque muchas son las causas que explican la despoblación que cada vez se agudiza más en las zonas rurales -alto envejecimiento, baja natalidad, reducción de los servicios públicos o falta de infraestructuras digitales-, la escasa rentabilidad de las explotaciones agrarias es, sin duda, una de las principales. Un falta de rentabilidad directamente relacionada con la estructura agrícola de nuestro país, en la que los cultivos de regadío apenas ocupan 3,8 millones de hectáreas de los casi 17 millones de superficie cultivable de nuestro país.





La regresión demográfica afecta ya a 40 provincias españolas, aunque la intensidad varía de forma sustancial de unas a otras. El análisis de la evolución demográfica en España durante la última década, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), y de la proporción de los cultivos de regadío sobre la superficie cultivable del Ministerio de Agricultura, revela que 13 de las 15 provincias que más población ha perdido durante los diez últimos años coincide con aquellas en las que la ratio entre regadío y secano es menor -ver gráfico-.
Zamora, Cuenca, Teruel, Ourense, Ávila, Lugo, Palencia, Segovia, Soria, Salamanca, Asturias, Ciudad Real y Burgos integran esa lista en las que el doble denominador común es la mayor caída de la población y la escasez de regadíos. En algunos casos, menos de un 5% de cultivos regables, y todo ellos, están muy lejos del 22% de la media nacional. León y Jaén son las dos únicas provincias que rompen la regla, ya que en el primer caso dispone de un 48% de su superficie cultivable con regadío instalado y sin embargo se sitúa en el sexto puesto en pérdida de población, un hecho en el que habría que tener en cuenta la paulatina desaparición de la actividad minera. En el segundo caso, el porcentaje de regadíos es de un 44%.

La España vacía y en el olvido: hasta 13.60 pueblos tienen menos de 100 habitantes
Del lado contrario, entre las provincias que mantienen o crecen en población abundan las que tienen mayores proporciones de cultivos de regadío y entre ellas destacan en crecimiento poblacionales Almería, Navarra o Murcia, con el 7,2, el 4,4 y el 3,7% respectivamente.
Sin embargo, también hay otras provincias con notables incrementos de población que apenas disponen de regadíos, lo que se puede atribuir a factores como su naturaleza de gran urbe -como Madrid o Barcelona-, las que actúan como ciudades dormitorio (Guadalajara) o su fuerte industria turística (Islas Baleares).
El estudio más focalizado en las zonas rurales puede arrojar más luz sobre el papel que la ausencia de regadío puede jugar en la intensificación del problema de la despoblación. En 2017, catorce provincias españolas se asemejaban a un verdadero desierto demográfico, ya que más del 80% de sus municipios tenían menos de 1.000 habitantes.

Provincias que agonizan

Esa crítica lista de provincias en agonía demográfica la lideraba Soria, donde un 94% de sus municipios está en riesgo extremo de extinción. De los 183 municipios que tiene Soria, solo once tenían más de mil habitantes, 164 menos de 500 y, de éstos, la inmensa mayoría (116) no pasaban de cien empadronados.
A Soria le seguía la provincia de Zamora, donde 93 de cada 100 municipios estaban en riesgo de extinción. Es prácticamente el mismo índice que presenta la provincia de Burgos, mientras que en Ávila, Salamanca y Teruel, las localidades amenazadas por la desaparición son el 92%. En Palencia y Segovia la tasa de riesgo de extinción demográfica rondaba el 90% de todos sus municipios, mientras que en la provincia de Cuenca era tres puntos menos.


Todas ellas, con una actividad agraria importante, compartían el denominador común de la escasa presencia del regadío. En España la superficie de regadío en la última década ha pasado de los 3,36 millones de hectáreas a los casi 3,8 millones.
Para Andrés del Campo, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), el cultivo de regadío se presenta como una auténtica oportunidad clara para luchar contra la despoblación en las zonas rurales.

"Apenas se ha avanzado"

De hecho, Del Campo recuerda que cuando se hicieron los trabajos preparatorios para el último Plan Nacional de Regadíos puesto en marcha en nuestro país, ya se determinaba claramente que solo aquellas localidades en las que había más de un 55% de regadío ganaban población.
Desde 2008, año en el que culminó el Plan Nacional de Regadíos, "apenas se ha avanzado", asegura Del Campo, quien recuerda que la Estrategia 2018-2025 que preparaba el anterior Gobierno duerme en un cajón, y que el Plan Director que elabora el actual, ya en el aire ante la previsible convocatoria de elecciones, apenas se recogía una partida de 40 millones, de los que 20 deberían ser aportados por las comunidades de regantes.

El presidente de Fenacore rebate los mitos sobre el abuso del riego que se se agitan desde algunos sectores. En este sentido, indica que mientras en 2000 se regaban con gravedad 1,9 millones de hectáreas (el 59%), con aspersión 802.312 (24%) y localizado -goteo- 568.588 (17%) de los 3,3 millones que había se han cambiado las tornas. Así, en 2017, esas cifras son de 926.748 (24,8%); 889.055 (23,8%); y 1.917.892 (51,4%) sobre una superficie total de algo más de 3,7 millones. "Eso refleja el esfuerzo que se ha hecho, hemos convertido un millón de hectáreas de riego por gravedad al goteo. En total tenemos casi el 75% modernizado, algo que no ocurre en ningún país del mundo. En Francia, por mirar aquí cerca, están en el 50%.

Fuente: https://www.eleconomista.es

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