miércoles, 20 de septiembre de 2017

Jabón Casero

Jabón de lavanda, de avena, de zanahoria o de limón… Son muchos los jabones artesanales que podemos fabricar nosotros mismos en casa. Podemos teñirlos con colorantes naturales e incluso aromatizarlos con las esencias que más nos gusten. De esta manera conseguimos jabones naturales libres de tóxicos, buenos para nuestra salud y para el medio ambiente. Te damos algunas recetas para que fabriques el jabón que más te guste.




Jabón con aceite usado
Una buena forma de reciclar el jabón usado de cocina es convirtiéndolo en jabón. El proceso es muy sencillo: para hacerlo necesitamos un kilo de aceite usado y colado (para eliminar impurezas), 800 gramos de agua destilada y 150 gramos de sosa cáustica. Es importante que siempre que usemos sosa cáustica seamos muy cuidadosos y utilicemos guantes y gafas protectoras. Para empezar, tenemos que diluir lentamente la sosa cáustica en el agua (nunca al revés). La mezcla producirá una reacción química que puede alcanzar los 80 grados de temperatura. Debemos esperar a que se enfríe para verter la mezcla lentamente sobre el aceite, previamente calentado a unos 40 grados. Después removemos con una pala de madera o una batidora a baja velocidad. Una vez que la mezcla ha conseguido una buena textura, la echamos en unos moldes de silicona o plástico. Tapamos con plástico film de cocina y cubrimos con un paño. Al día siguiente desmoldamos y dejamos endurecer durante un mes aproximadamente para que finalice el proceso de saponificación.

Jabón de lavanda
La lavanda es una planta con propiedades relajantes y un aroma delicioso, perfecto para conseguir un jabón casero suave y aromatizado. Para fabricarlo necesitamos 210 mililitros de aceite de oliva, 30 gramos de sosa cáustica, 65 mililitros de agua destilada, aceite esencial de lavanda y flores de lavanda frescas para echar en el molde. El proceso es el mismo que seguimos a la hora de hacer jabón con aceite usado. La diferencia es que añadimos unas 20 gotas de aceite esencial de lavanda a la mezcla (aún caliente) de aceite, agua y sosa cáustica.

Jabón de zanahoria y miel
La zanahoria y la miel contienen propiedades antioxidantes e hidratantes que convierten nuestro jabón en un excelente limpiador para nuestra piel libre de tóxicos. Para elaborarlo necesitamos 300 mililitros de aceite de coco, 400 mililitros de aceite de oliva, 100 mililitros de aceite de almendra, 200 mililitros del agua de la cocción de las zanahorias, 100 gramos de zanahorias en puré, 110 gramos de sosa cáustica, media cucharada de miel pura y 10 gotas de aceite esencial de semilla de zanahoria. Mezclamos primero el puré de zanahoria y el agua de cocción con la sosa cáustica. Siempre con mucho cuidado. Esperamos unos minutos y le incorporamos el aceite de coco, el aceite de oliva, la miel y las gotas de aceite esencial de zanahoria. Después vertemos la mezcla en los moldes y esperamos al menos 48 horas para que tome cuerpo.

Jabón de Avena
La avena es otro producto natural con múltiples propiedades beneficiosas para la piel, sobre todo para la limpieza y exfoliación de la piel grasa. Basta tener una pastilla de jabón neutro (de unos 200 gramos), 100 gramos de harina de avena y un poco de agua para elaborarlo. Los pasos son muy sencillos: rallamos el jabón y lo cubrimos con agua. Lo calentamos al baño maría para que se derrita y una vez disuelto, añadimos poco a poco la harina de avena. Removemos y echamos la mezcla en un molde para después dejarlo enfriar.

Jabones con hierbas aromáticas: de salvia y eucalipto; y romero
Nuestro jabón artesanal puede llevar también diferentes tipos de hierbas aromáticas que lo hagan más saludable. Por ejemplo, el jabón de salvia y eucalipto es bueno como antiinflamatorio. Para elaborarlo, hay que derretir una barra de jabón neutro de glicerina a la que agregar unas gotas de esencia de salvia y de esencia de eucalipto. Mezclamos bien y dejamos enfriar en unos moldes de silicona a los que también podemos añadir más gotas de esencia. Por otra parte, el jabón de romero es bueno para la circulación sanguínea. Seguimos el mismo proceso que el jabón de salvia y eucalipto, con la diferencia de que en esta ocasión añadimos aceite esencial de romero y pequeñas ramas de romero fresco.

Jabones de frutas: de limón, naranja y coco
Al igual que fabricamos jabones artesanos con hierbas, zanahoria o avena, podemos hacerlo con frutas como el limón, el coco o la naranja. El método es exactamente el mismo que utilizamos para fabricar jabones con hierbas aromáticas, lo que cambia es el tipo de esencia que le añadimos a la mezcla para aromatizar: aceite de coco, esencia de limón, esencia de naranja, etc. En el caso de los jabones cítricos (de limón y naranja), también podemos agregar la ralladura de la piel de la fruta. Este tipo de jabones frutales son muy buenos para limpiar la piel y aportar frescura.

Los colorantes naturales
Las infusiones son otro de los ingredientes que podemos añadir a nuestro jabón casero. Además de aportar aroma, funcionan como colorantes naturales. Por ejemplo, para conseguir un color rojo podemos usar la infusión de Flores de Bignonia roja; para el amarillo, de caléndula o de manzanilla; para el verde, infusiones de menta o té verde; para el rosa, de remolacha o pétalos de rosa; para el morado, infusión de violetas; y para el azul, de bayas de ciprés. Añadiendo las infusiones a nuestra mezcla, tendremos alegres y coloridos jabones artesanos. ¿Por cuál empezamos?

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