viernes, 12 de mayo de 2017

Salimos en Webos Fritos

 

Esta Semana Santa "Su" nos visitó y fue nuestro jurado de excepción en el II Concurso de dulces organizado por la Asociación Cultural Alonso de Ojeda, ahora os dejamos el artículo que ha escrito sobre nosotros y nuestra mina, y que os dejamos a continuación.

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Mina romana de lapis specularis en Torrejoncillo del Rey, Cuenca



El pasado mes de abril tuve el honor de ser jurado del II Concurso de Dulces Tradicionales que se celebró en Torrejoncillo del Rey, pueblo a unos 50 km de Cuenca capital. Los que sois seguidores de mi cuenta en Instagram pudisteis comprobar casi en directo la variedad y la calidad de los 30 dulces que se presentaron a concurso. Al final resultaron ganadores los ‘torcíos’ de Alicia Pérez.
Mina Romana La Mora Encantada II
Esta actividad y otras muchas las organiza la Asociación Cultural Alonso de Ojeda con el fin de dinamizar al pueblo y que se llene de gente los fines de semana, y sobre todo de divertir y aprender organizando jornadas muy participativas.
Gracias a los responsables de esta Asociación por invitarme a mí y a mi familia a conocer su pueblo y una de las joyas que tienen y que yo desconocía por completo. Me fascinó tanto ver la Cueva de la Mora Encantada, como ellos conocen a la mina romana de Lapis Specularis que decidí escribir sobre ella por si a alguno de vosotros, lectores —conquenses o de cualquier otra provincia—, os apetece acercaros a conocer el pueblo y la mina. ¡Es un plan ideal para visitas en grupo o familiares! Me pareció interesantísimo todo lo que nos enseñaron.

 

¿Qué es el lapis specularis?

El lapis specularis es una variedad de yeso que aparece en láminas brillantes y traslúcidas en el interior de la tierra formando vetas de gran pureza como puedes ver en las fotos.
Lapis Specularis
Esta mina fue explotada por los romanos allá por los siglos I y II de nuestra era en busca de un mineral que cubriera ventanales en numerosos rincones del Imperio Romano. Pero no sólo se empleo en ventanas, sino que ya ayudó a cultivar cosechas fuera de temporada tras sus placas transparentes, sus cualidades térmicas propiciaban su uso en espacios públicos como las termas, y también se empleó en los espectáculos de masas para deslumbrar con sus brillos.
Mina Romana La Mora Encantada I
Casi dos mil años después hemos tenido conocimiento de ella gracias a Pedro Morales, que la descubrió a mitad del siglo XX. Se cuenta que soñó que se dirigía a un paraje conocido como cerro de la Mora Encantada, donde se veía excavando hasta llegar a una extraordinaria estancia con paredes de cristal de la que partían numerosas galerías y donde encontraría un tesoro, más o menos, lo que sucedió cuando excavó la zona con su amigo Alfonso Feijoo. Es desde el año 2003 al 2014 cuando se hace un estudio arqueológico y se documenta cada tramo de mina.
La sala principal, de fácil acceso, está dedicada a su descubridor. A esta sala era llevado el mineral que conseguían los mineros en los distintos filones, y en ella se preparaba para ser sacada al exterior a través de un primer pozo.
Mina Romana La Mora Encantada III
El segundo nivel está plagado de galerías de distintos tamaños, y dotado de un segundo pozo que es más bien un respiradero.
En toda la mina se aprecian claramente unas pequeñas cavidades llamadas lucernarios, en las que se colocaban las lucernas con el combustible necesario para el alumbrado permanente. Las placas de este mineral reflejaban la luz multiplicando su capacidad lumínica.
La mina posee un tercer nivel que no se puede visitar en la actualidad, accesible solamente a personal especializado en espeleología.
No sólo es apasionante todo lo relativo a este mineral, sino la vida alrededor de la mina, el transporte, los núcleos poblacionales que se formaban…
La visita, más amena imposible gracias a Verónica Ortega.

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