Por esta escalera se
accede a la sala principal de la mina. De aquí los romanos sacaron
toneladas de este mineral. El lapis specularis. Un yeso traslúcido de
gran valor que utilizaban a modo de cristal para ventanas pero también
para el suelo del coliseo. En este primer nivel aún queda mucho sin
explotar.
En las paredes, marcas con más de dos mil años de historia, como las
señales de las herramientas, y los huecos de las lucernas, que tenían
varias funciones.
1000 metros de galerías con más de 40 metros de profundidad de la que
sacaban uno de los materiales más valiosos de la antigua Roma. Después,
por estos pozos lo sacaban al exterior. Fue un vecino quien descubrió
esta mina por casualidad en 1955, tras ver una oquedad.
Gracias a él, ahora todos podemos visitar este pedacito de historia en plena mancha conquense.
Fuente: http://www.rtvcm.es/noticias/noticia/visitamos-una-mina-de-lapis-especularis/
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