Los actos religiosos comenzaron el jueves con el traslado de la imagen desde la
ermita de la Soledad, donde ha permanecido durante todo el mes de mayo, hasta la
Iglesia Parroquial. El viernes, dentro de los actos populares, tuvo lugar el
tradicional galopeo, con la banda de música de Villamayor de Santiago.
A medianoche, y con numerosos fieles, se le cantó
la Salve a la Virgen; a continuación se pudo disfrutar de unos vistosos fuegos
artificiales desde el patio del colegio, que por cierto, éste será el último
curso que abra sus puertas. Al finalizar este espectáculo empezó un nuevo
galopeo, con numerosos jóvenes y no tan jóvenes, que se emplearon a fondo hasta
su terminación en la Plaza de la Constitución ya de madrugada.
El sábado fue el día grande de la Patrona. A primera hora de la mañana la banda de música emprendió su pasacalles, la diana para ir despertando al personal. A las doce en punto se ofició una magnífica misa cocelebrada por los sacerdotes de la comarca y presidida por la Corporación municipal; y ya por la tarde, la Virgen procesionó majestuosa en su carroza por las calles del pueblo, resplandeciente, engalanada con hermosas flores.
Apenas llevaba media hora en procesión cuando los
nubarrones amenazantes dejaron caer un chaparrón que obligó a desenrollar la
funda de plástico transparente para proteger la Imagen de la lluvia, aunque
fueron cuatro gotas que pronto cesaron y se pudo ver de nuevo la figura de la
Patrona al descubierto. Todos los vecinos la recibieron a las puertas de sus
casas, agradecidos y pidiendo su protección.
El domingo se terminó el recorrido por las
empinadas calles del pueblo. Los dos grupos de danzantas, ataviadas con sus
coloridos refajos serranos y al son de las dulzainas y tambor, acompañaron en
todo momento en su recorrido a la Virgen, ofreciéndole sus paloteos y danzas,
que tras varios años en el olvido, hace ya unos cuantos, y con mucho acierto,
se recuperó esta antiquísima tradición de Torrejoncillo y ojalá tenga
continuación con la gente más joven.
El domingo, tras poner fin a la procesión que terminaría de recorrer todo el pueblo, se inició la despedida de la Patrona, el adiós de la Virgen. Enternecedora y triste despedida, hasta que el próximo mes de mayo, de nuevo, el pueblo le dé su acogida.
En un gesto de añoranza y respeto se orienta la
imagen hacia el Cementerio para que también alargue su bendición hacia los que
ya no están.
A continuación la romería enfiló "Arrabal
abajo", con la Virgen que bajo su florido arco fue llevada en andas por los
romeros y colmada de "vivas" para Ella. Aunque de nuevo el cielo su cubrió de
gris se pudieron completar los siete kilómetros de camino sin lluvia.
Al llegar a Urbanos fue recibida por la banda de
música y tras darle la bienllegada se le acompañó hasta una repleta ermita de
fieles y devotos, con la presencia de Francisco J. Doménech, diputado de Cultura
de la Diputación Provincial; se celebró la Santa Misa y posterior procesión
alrededor de su ermita.
Como en cualquier gran celebración, la comida es
un momento clave. Los romeros comienzan a preparar sus parrillas, calderetas,
entre otros. Las familias y amigos se reúnen para comer compartiendo sus
viandas. Y con la comida casi por digerir suenan los primeros galopeos para que
la gente se vaya animando y puedan hacer gala del buen galopeo de
Torrejoncillo.
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