A NUESTRA PATRONA
Quién pudiera tener místicas alas
como tienen serafines y querubes
para volar por encima de las nubes
y poder penetrar en tu morada.
A decir que yo diera mi vida
si quisiera tu gracia y mi destino
que por siempre siguiera en el camino,
mi alma con la tuya siempre unida.
Ante tu imagen, María
rendido han los corazones
y han cantado tus virtudes
poetas y trovadores.
Y aunque te estoy repitiendo
lo que muchos de Tí han dicho
en cada voz que te habla
Tú encuentras algo distinto
Oyes nuestras oraciones,
Inmaculada Princesa,
y tendrás en recompensa
todos nuestros corazones.
Y como broche final
quiero cerrar este verso
con un recuerdo especial:
"A los de Torrejoncillo
que hoy no se encuentran aquí,
a los que viven muy lejos,
tal vez en otro país"
Llegue hasta ellos, María,
tu bendición celestial,
Virgen de Urbanos querida,
y tu infinita bondad.
Quién pudiera tener místicas alas
como tienen serafines y querubes
para volar por encima de las nubes
y poder penetrar en tu morada.
A decir que yo diera mi vida
si quisiera tu gracia y mi destino
que por siempre siguiera en el camino,
mi alma con la tuya siempre unida.
Ante tu imagen, María
rendido han los corazones
y han cantado tus virtudes
poetas y trovadores.
Y aunque te estoy repitiendo
lo que muchos de Tí han dicho
en cada voz que te habla
Tú encuentras algo distinto
Oyes nuestras oraciones,
Inmaculada Princesa,
y tendrás en recompensa
todos nuestros corazones.
Y como broche final
quiero cerrar este verso
con un recuerdo especial:
"A los de Torrejoncillo
que hoy no se encuentran aquí,
a los que viven muy lejos,
tal vez en otro país"
Llegue hasta ellos, María,
tu bendición celestial,
Virgen de Urbanos querida,
y tu infinita bondad.
Autor: M. Victoria Guillardini Pérez
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