martes, 13 de mayo de 2014

La falta de lluvias en abril amenaza las cosechas de girasol y cebada

La sequía está haciendo estragos en los cultivos de la provincia de Cuenca. El nivel de precipitaciones que se alcance en los próximos diez días puede ser determinante para algunas cosechas, como el girasol y la cebada. "Ha sido un invierno muy seco y el girasol necesita buenas reservas de agua para alcanzar una buena producción. Las estadísticas del Ministerio de Agricultura sitúan la producción en 92.000 toneladas en el año 2012 y en 142.000 toneladas en 2013, cifras muy positivas que previsiblemente no se repetirán en esta campaña.
Según la información aportada por la Agencia Estatal de Meteorología, "Abril ha resultado un mes extremadamente cálido, con una media de 15,7 ºC, que supera en 3,4 ºC al valor medio normal de este mes. En precipitaciones ha sido seco, con una media de 50mm., valor que queda más de un 20% por debajo del normal del mes". Estos datos son el reflejo de la preocupación con la que afrontan los agricultores las semanas que quedan de primavera. Si el tiempo continúa en esta línea, los agricultores verán muy mermadas sus expectativas de producción y, con ello, la rentabilidad de sus explotaciones.
El cereal también se encuentra en un periodo crítico en el que la falta de agua puede ocasionar que la espiga no alcance la altura esperada. Además, el calor excesivo dificulta que el llenado del grano se complete de manera óptima. Hay que recordar que la provincia de Cuenca cuenta con casi 300.000 hectáreas destinadas a cebada y 36.200 en las que se siembra trigo, ambos cereales de secano que dependen exclusivamente de la climatología. La zona que actualmente se encuentra más afectada es la Alcarria conquense, aunque la sequía está afectando en mayor o menor medida a todo el territorio. En cuanto al ajo, cuya recogida podría comenzar en unos diez días con el ajo temprano, los agricultores tendrán que invertir en riego para que la cosecha salga adelante en estas condiciones.
Por último, la escasez de agua puede tener otros efectos colaterales como el gasto ocasionado a los ganaderos que tienen que recurrir a comprar pienso con el consiguiente aumento de los costes. Otro de los problemas es la aparición de daños en los cultivos producidos por la caza mayor al no haber pasto en el campo para que los animales puedan alimentarse.
Si no llueve pronto y de manera abundante, será muy difícil alcanzar los niveles de otros años", apunta el secretario general de ASAJA de Cuenca, Manuel Torrero.

 Fuente: www.vocesdecuenca.com 

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