Antiguamente en nuestro pueblo como en otros de España e hispanoamerica, el día de carnaval, salia un personaje llamado "el tio Aliguí" o "el tio Higuí".Un individuo serio, con la cara blanqueada de harina y vistiendo una
blusa, iba montado en un burro con dos orinales de estribos; llevaba una
caña larga de la que colgaba higos para que los niños los cogieran con
la boca; pero si éstos intentaban atraparlos con la mano les repartía
garrotazos.
El personaje en cuestión cantaba, durante el juego:
Al Higuí, al higuí,
con la mano no
con la boca, sí
Hay versiones que se escribe "aliguí" y "aliqui".
Al aliguí o al aliqui, hace alusión a esa forma de atrapar el higo: Algo hecho "al aliguí" es algo improvisado, chapucero, hecho sin mucho pensar y aprovechado la ocasión, lo que también se expresa, por ejemplo, con la locución " aquí te pillo, aquí te mato"
El juego es antiquísimo. Rodrigo Caro, en el siglo VXII, recogía en sus Días geniales o lúdicos unos versos traducidos del griego Aristófanes hablando de un viejo marrullero:
Todo el día en su casa está sentado...
la boca abierta, el cuello levantado,
para tragarse al triste pasajero,
como cuando el muchacho está aguardando
el higo, que del hilo está colgando.
la boca abierta, el cuello levantado,
para tragarse al triste pasajero,
como cuando el muchacho está aguardando
el higo, que del hilo está colgando.
José Mª Iribarren lo califica de entretenimiento de máscaras, típico
del Carnaval, citando un texto de Rodríguez Marín, publicado en el
siglo XIX: "Del extremo de una caña pende una cuerdecilla, de la que
cuelga, atado, un higo; el que tiene la caña da golpecillos con ella,
haciendo saltar la codiciada fruta y desesperando a un enjambre de
chiquillos que porfían por cogerla con la boca".
En una crónica de 1892 se nos muestra el aspecto de nuestro personaje
portando el codiciado fruto: "El del higuí hace sus aprestos
indispensables. Para la cabeza una chistera valvular, para el cuerpo una
estera mil veces pisada, para el rostro un carbón o un corcho quemado;
para los gastos de representación, media docena de higos, blancos de
harina al ser comprados, y negros y pringados después por los labios
juguetones y las manos atrevidas de los muchachos"
Fuentes: fundeu.es y http://garcia-adell.blogspot.com.es/
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