domingo, 1 de diciembre de 2013

El nombre de Torrejoncillo del Rey parte 2

Seguimos con el artículo de Carlos Cuenca.

Bueno, es aquí donde viene a colofón el “Glosario de Arquitectura Defensiva Medieval”, en concreto tres de sus términos: Castillo – Torreón, Torre – Refugio, y Torrona, que me han llamado la atención porque considero que su descripción, que adjunto, vienen a respaldar lo investigado por D.º Julián Balsalobre, y tratarse de edificaciones defensivas en el marco cronológico de la posible fundación de Torrejoncillo del Rey.

Espero –modestamente- que esta consideración aporte algo más de luz al origen y nombre de nuestro pueblo a curiosos de nuestros orígenes y todos aquellos que estén interesados en ahondar en la historia del pueblo.

D.º Luis de Morsa – Figueroa sobre estos términos, en su glosario, escribe las siguientes acepciones:

CASTILLO – TORREÓN: Castillo de reducidas dimensiones en el que el elemento de mayor importancia volumétrica, poliorcética y doméstica es una torre, que destaca y domina ostensiblemente las otras partes, subsidiarias de ella.

TORRE – REFUGIO: Torre considerablemente más alta que ancha, con mínimas condiciones de habitabilidad y máximas para la defensa, de reducida superficie y, normalmente, acceso único elevado.

TORRONA: Casa – fuerte construida básicamente por una torre que, aunque presentando amplias concesiones de habitabilidad doméstica, aun retinen parte sustancial de sus cualidades defensivas.
Como he comentado, extraigo la glosa de estos tres términos, si bien me inclino por TORRONA como posible defensa que dio origen a nuestro pueblo.

Viene a mi cabeza el alto de San Ramón con las hermosas vistas de la vega del Hortizuela hasta su desembocadura en el río Gigüela, allá prácticamente en la dehesa, y la Ermita de Urbanos casi en la línea del horizonte al sur, con Saelices (Segóbriga) al fondo; hacia el suroeste, donde el cielo y la tierra convergen en los día de atmósferas limpias y cielos azules podemos ver el Castillo de la Puebla de Almenara, y sobrepasando los cerros de la Moraleja el Puntal de las Ánimas… ¡la ciudad amurallada de Zafra! Y si giramos a nuestra derecha, al suroeste, tras “el otro pueblo”: el cementerio, el Cerro de San Bartolomé (cerro telégrafo), el Cerro del Castillo y al fondo las estribaciones de la Sierra de Altomira.
Si alguna vez os habéis acercado al mirador de San Ramón, estaréis conmigo que resulta fácil en este enclave dejar volar el imaginario y verse oteando estos horizontes desde lo alto del vetusto Torrejón que viera nacer a nuestro pueblo, ¿verdad?

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