Cuando era niño, y ejercia como otros mi labor de monaguillo, uno de los mejores momentos era cuando teniamos que repicar las campanas de la iglesia, normalmente se solia ejercer en entierros, con el tañir monotono y triste, pero en épocas señaladas como la romeria de la Virgen de Urbanos y en diferentes fiestas de algunos santos también ejercíamos ese ejercicio con el repiqueteo más alegre por la celebración.
En esos momentos y a pesar de poder hacer nuestro "tira y afloja" desde la base del campanario, todos subíamos los ciento y pico escalones y soportabamos la "pelea" con alguna paloma con tal de estar en lo alto del campanario y disfrutar de las vistas que hay desde alli. Hace mucho tiempo que no tengo la oportunidad de subir, máxime cuando ya no tenemos ni cura propio sino interino para ejercer en el pueblo, pero para todos aquellos que alguna vez tuvimos la oportunidad de contemplar desde allí, les dedico esta foto.
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