PARA LA VIRGEN DE URBANOS
Una rosa marchita
sola en el rosal.
Una rosa marchita sin poderla agarrar.
Pero un dia muy curioso,
la rosa revivío,
fue cuando te vio Madre mía
pasando por mi balcón.
La rosa cayó
y posó en mi pecho
con una nota de oro
diciéndome te quiero.
Gracias Madre mía
por este gran milagro, por eso te rezamos todos.
a ti Virgen de Urbanos.
Sara Guillardini González
Poesías
Lejos queda la ermita junto al rio
hogar de la Piedad, Virgen de Urbanos
unidos en oración suben hermanos
de torrejoncillo, al fín, hasta el Puntio.
Los chopos de ribera en lotananza
saludan, en su paso, a la Señora
pues saben que por hoy llegó la hora
de llevar a sus fieles la bonanza.
De un nuevo tiempo de quehaceres,
arropado de viejas añoranzas
que aunan a todos, hobres y mujeres
en clamor profundo de alabanza
y en sencillas voces dicen eres
Virgen de la Piedad, nuestra esperanza.
Urbanofilo
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