martes, 24 de septiembre de 2019

Los distintos toques y avisos de las campanas en los pueblos de Cuenca

     Iglesia de Hortizuela, pueblo abandonado de Cuenca.


Hoy en día apenas si quedan campaneros que toquen a mano las campanas, aunque los campanarios y espadañas de las iglesias de los pueblos de Cuenca sí conservan estos instrumentos antiguos. Los distintos toques que se podían realizar con las campanas eran un código que los ciudadanos conocían y que marcaba la vida de los pueblosMariano López Marín, gran conocedor de las costumbres de Cuenca y cronista oficial de Salvacañete, nos ha contado en Hoy por Hoy Cuenca cómo era ese lenguaje de las campanas en los pueblos.
Mariano López Marín nos ha contado que “las campanas se construían en el mismo lugar donde se iban a colocar. Allí se hacía el molde de arcilla para fundir en él el bronce. Los vecinos echaban algunas monedas de plata para contribuir ellos también como mecenas en la construcción de la campana”, recuerda López Marín.
Los campanarios y espadañas de las iglesias de Cuenca conservan aún sus campanas aunque muchas se perdieron en la guerra civil cuando se fundieron para fabricar munición. Lo que se han perdido son muchos toques característicos y propios de cada pueblo. Apenas si se usan hoy en día para tocar a misa, para repicar en una procesión o para doblar cuando se ha muerto algún vecino.

Los toques de las campanas
Ir a misa. Se conocen como señales y se dan tres, la primera media hora antes del inicio de la celebración religiosa, la segunda un cuarto de hora antes y la tercera un minuto antes.
Toque del Ángelus. Al mediodía y suele estar marcado por tres campanadas.
Repicar. Es un toque armónico y continuado que suena constante durante el desarrollo de una procesión.
Toque de muerto. Anuncia el fallecimiento de una persona. Las campanas doblan de forma pausada e intercalada y hay diferencias si anuncia la muerte de un hombre, de una mujer o de un niño.
Toque de tormenta. Anunciaba la llegada del temporal y servía para anunciarlo a los hombres que trabajaban en el campo.
Toque de arrebato o de fuego. Constante y alocado, las campanas suenan rápidas y anuncian una emergencia que solicita la colaboración de los vecinos.
Además, dependiendo de la actividad de la parroquia o si había un monasterio, las campanas marcaban el paso del tiempo desde el amanecer hasta el anochecer, desde maitines o las vísperas.
Fuente: cadenaser.com

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